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La prima de riesgo española se volvió a disparar ayer y cerró en un nuevo máximo en la era euro, 574 puntos básicos, mientras que el bono español a diez años se situó en el 7,15 por ciento, también por primera vez desde que está en vigor la moneda única europea. Durante la sesión, la prima de riesgo llegó a rozar los 590 puntos básicos (588), afectada por la desconfianza del mercado hacía España.

Ante esta situación el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, anunció ayer que la UE estudia cómo poner en marcha la ayuda para la banca española para que no acabe "contaminando" la deuda soberana del país.

"En la UE queremos favorecer un sistema (para la concesión de la ayuda de hasta 100.000 millones de euros) que evite la contaminación de la deuda soberana por parte de la deuda financiera, porque esto tendría consecuencias muy negativas para los mercados", agregó Barroso en Los Cabos (México) antes de la cumbre del G20.

Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que el "castigo" que sufre la prima de riesgo española no se corresponde con los esfuerzos ni con la potencialidad de España, y se mostró convencido de que "en los próximos días o semanas" los mercados lo reconocerán.

"España es un país solvente", afirmó De Guindos a los medios de comunicación en Los Cabos antes de comenzar la cumbre del G20. De Guindos subrayó los esfuerzos de España para reducir el déficit público y aprobar reformas estructurales y quiso dejar claro que el país tiene potencialidad de crecimiento y de corregir sus desequilibrios.

Según los analistas, el mercado ha acogido con incertidumbre la intención de los partidos vencedores en las elecciones celebradas ayer en Grecia de renegociar los términos de la ayuda recibida desde Europa.

En concreto, Tristan Cooper, de Fidelity señala que el resultado de las elecciones griegas "no varía el hecho de que la economía helena se encuentra sumida en un profundo agujero sin una clara ruta de escape".

La mayor preocupación, dice, "es que los legisladores europeos se relajen por los resultados de estas elecciones, lo cual conllevaría una decepción aún mayor de los mercados si luego no consiguen una mayor integración fiscal y financiera en Europa".

Además, explicó que otro de los temores "es que España sea expulsada del mercado tras recibir ayuda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) o el Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (ESM), lo que reduciría el incentivo a intervenir del Banco Central Europeo (BCE) para limitar las rentabilidades de los bonos españoles".

El BCE no compra

Según coinciden varios analistas financieros, sólo el BCE puede apaciguar al mercado si reanuda las compras de deuda soberana que interrumpió en febrero de este año.

Pero el BCE lleva catorce semanas consecutivas sin comprar deuda de los países de la zona del euro, lo que según los expertos, no ayuda a relajar las tensiones del mercado y así, rebajar el interés de la deuda española que, por primera vez, sobrepasó ayerel crítico 7 por ciento.