Consumo. El momento idóneo de los helados se produce con una temperatura de entre 25 a 31 grados - Archivo

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Las más de 2.000 heladerías artesanas del país aspiran a igualar los 220 millones de euros de facturación del pasado año, en una campaña que ha empezado con problemas por la mala climatología de la primavera y por la Eurocopa, sobre todo cuando juega "la Roja" y se vacían las terrazas.

El presidente de la Asociación Nacional de Elaboradores, Artesanos y Comerciantes de Helados y Horchatas (ANHCEA), José Luis Gisbert, ha relatado a Efe que, a diferencia de bares y pub, las heladerías suelen carecer de grandes pantallas de televisión que permitan seguir a los clientes las competiciones deportivas.

"La Eurocopa no nos beneficia sino que, más bien, nos perjudica porque mucha gente prefiere quedarse en casa o ir al bar para seguir el partido", según el presidente de la patronal, para quien esto se nota sobremanera cuando, como ocurre hoy, España juega en fin de semana, precisamente los días "fuertes" para los heladeros.

Además de la Eurocopa de fútbol, este verano se disputan los Juegos Olímpicos de Londres aunque a priori éstos repercuten menos en la actividad porque, por las experiencias anteriores, sus competiciones "no son tan seguidas" como el fútbol, a excepción de días puntuales. En todo caso y "muy por encima de los vaivenes económicos", el principal factor que influye en la venta de helados sigue siendo el clima, y resulta que la primavera ha sido "desfavorable" debido a que la Semana Santa no fue calurosa, abril fue lluvioso y mayo inestable.

Salvo en el norte peninsular, la primera mitad de junio parece que es satisfactoria y esperan que esta tendencia se confirme para vislumbrar una buena actividad durante todo el verano.

Según Gisbert, cuando los termómetros se sitúan entre 25 y 31 grados centígrados se produce el momento idóneo para la venta de helados.

Por debajo de esos valores no hay la suficiente sensación de calor para acudir a las terrazas y, a diferencia de lo que pudiera imaginarse, por encima tampoco porque se produce un efecto "disuasorio" en el paseante, que en gran medida opta por evitar salir a la calle por el calor.

Como no puede ser de otro modo, el chocolate y sus casi infinitas variantes volverá a ser el preferido de mayores y pequeños, seguidos de otros tradicionales como el turrón o mantecado, con la diferencia de que éstos últimos se dirigen a un segmento de la población de a partir de entre 25 y 30 años.

Entre las novedades, las variantes de yogur seguirán tomando protagonismo poco a poco este verano, así como los helados libres de azúcar y los sorbetes (helados a base de frutas sin leche), éstos últimos por lo refrescante.