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Portugal tendrá un respiro este año al lograr el permiso de la UE para reducir su déficit fiscal menos de lo previsto, hasta el 5 por ciento y no el 4,5 por ciento, pero aún así 2013 será otro año de gran austeridad para superar la crisis económica.

El Gobierno luso anunció ayer que la UE ha aceptado suavizar su meta de déficit para este año en medio punto respecto a lo previsto en el rescate financiero, pero en 2013 deberá hacer recortes por otros 4.900 millones de euros para dejarlo en el 4,5 por ciento.

El Ejecutivo luso también descartó un aumento de la ayuda financiera a Portugal, concedida en mayo de 2011 por un total de 78.000 millones de euros, y aseguró que el país está dispuesto a volver a financiarse en los mercados el próximo año, cuando se acaban los fondos del rescate.

Pero hay "riegos catastróficos" y una "situación difícil y peligrosa" que impiden un alivio de la austeridad, subrayó el ministro portugués de Finanzas, Vítor Gaspar, al anunciar los nuevos objetivos de déficit acordados con la UE para su país.

Más grave de lo previsto
En rueda de prensa, Gaspar informó de que la quinta evaluación de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la marcha del programa de ajustes del país ha sido positiva, y reconoció también que la recesión será más grave de lo previsto en 2013 con una caída del 1por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

Para este año se mantiene la previsión oficial del 3 por ciento, aunque en julio pasado ya se situó en el 3,3 por ciento.

Precisamente la mala situación de la economía lusa, unida a un desempleo que supera el 15 por ciento y a la difícil coyuntura internacional, son las tres razones principales dadas por el ministro para justificar la flexibilización del objetivo de déficit para este año.

Gaspar adelantó que se exigirán más "sacrificios tributarios" a los portugueses y habrá nuevas reducciones del gasto público para poder cumplir tanto la meta de déficit de este año como la de 2013.