Edimburgo. Cameron y Salmond se dan la mano tras el histórico acuerdo - Reuters

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En un día histórico para Escocia, el primer ministro británico, David Cameron, firmó ayer en Edimburgo con el Gobierno escocés un acuerdo para que esta región pueda organizar y celebrar un referéndum sobre su independencia.

Tras meses de negociaciones, Cameron y el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Samond, sellaron un acuerdo que establece las condiciones en las que se celebrará el plebiscito en 2014 por el que Escocia podría obtener su independencia del Reino Unido, del que forma parte desde hace 305 años.

El acuerdo, que establece los términos en los que el Parlamento escocés organizará el referéndum, se escenificó en la capital escocesa sin triunfalismos por ninguna de los dos partes y después de que su contenido se hubiera ido filtrando en los últimos días.
Finalmente la consulta se celebrará en otoño de 2014, planteará una sola pregunta sobre si se está a favor o en contra de la independencia y reduce la edad de voto a los 16 años.

Las tensiones entre los Gobiernos británicos y escocés en torno a este plebiscito se avivaron en enero pasado cuando Salmond, tras arrasar unos meses antes en las elecciones autonómicas, anunció de manera unilateral la celebración de un referéndum sobre la independencia.

Un desafío a Londres ya que, según una ley de 1998 que dio paso a la autonomía escocesa, cualquier cambio constitucional es competencia del Parlamento británico.

Tras las negociaciones llevadas a cabo entre la número dos del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, y el ministro británico para Escocia, Michael Moore, finalmente el Parlamento autonómico de Holyrood será el que deba aprobar la legislación competente que establezca la fecha del plebiscito, el contenido de la pregunta y cómo será la campaña para el referéndum.

Unos detalles que ya han sido cuidadosamente pactados ente Edimburgo y Londres y en los que ambas partes han hecho importantes concesiones.

El Gobierno británico ha conseguido que Salmond renuncie a una segunda pregunta en la consulta, con la que se pretendía plantear la posibilidad de que Escocia permaneciera en el Reino Unido pero asumiendo mayores competencias desde Edimburgo.

Los nacionalistas escoceses han incluido en las condiciones del referéndum reducir la edad de voto a los 16 años, algo a lo que se oponía el Gobierno de Cameron, y que la consulta se celebre en otoño de 2014 y no antes como pretendía Londres.

Tras la firma del histórico acuerdo tanto Cameron como Salmond se comprometieron a aceptar el resultado de la consulta, aunque expusieron por separado sus argumentos a favor y en contra de la independencia.

El "premier" dijo creer "de manera apasionada" en la unión y aseguró que "Escocia está mejor en el Reino Unido y que Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte están mejor teniendo a Escocia".