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Una mujer de origen peruano falleció estrangulada la noche del jueves en Santander a manos de su expareja sentimental, también de esta nacionalidad. La mujer tenía 30 años y el presunto agresor 37. El juez ha decretado el ingreso en prisión del acusado.

El hombre, que permanece detenido en la Comisaría de la Policía Nacional de la capital cántabra, había tenido una orden de alejamiento de la víctima hasta enero de este año a raíz de ser detenido en diciembre de 2011 por un delito de violencia de género.

Según han informado a Europa Press fuentes de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía, el suceso se produjo en un piso de la calle Enrique Gran 4, cuando, sobre las ocho y media de la noche, el hombre, A.A.P, llevó al hijo de ambos, de cuatro años de edad, al domicilio para entregárselo a su madre, L.G.A.E.

Allí se originó una discusión entre los progenitores, que al parecer se agredieron mutuamente (él presentaba arañazos). El hombre estranguló a su expareja con las manos hasta matarla.

Fue el presunto agresor quien sobre las diez y media de la noche llamó a la Policía Local para informar de que "acababa de matar a su mujer". Cuando los agentes acudieron al lugar de los hechos comprobaron que efectivamente estaba muerta y había sido estrangulada. La Policía no ha encontrado en la vivienda ningún tipo de arma.

Ésta es la cuarta víctima mortal por violencia de género que se registra en los últimos tres días. Las víctimas anteriores se registraron en León, Córdoba y Álava.

El juez ha decretado el ingreso en prisión del acusado. Así consta en un auto dictado por el Juzgado de Violencia sobra la Mujer número 1, que acuerda prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre, A.A.P.

El magistrado Javier Amores Osuna ha decretado como medida cautelar el ingreso en prisión del hombre detenido a petición de la Fiscalía, al entender que existen indicios de que haya cometido un delito de homicidio o asesinato de su exmujer.

Y es que, según el Ministerio Público, las manifestaciones del acusado de "no recordar parte de lo ocurrido" quedan "desvirtuadas" por el contenido del atestado y las actuaciones policiales.

Además, el fiscal pide que se tenga en cuenta la gravedad del hecho, que tuvo lugar en el domicilio de la víctima y en presencia del hijo de ambos, de cuatro años, así como la alarma social que este tipo de hechos genera.

La defensa del acusado considera que no existe riesgo de fuga puesto que el hombre tiene "una vida estable en España".

Asimismo, señala que no hay riesgo de obstrucción a la justicia, pues el propio acusado llamó a al Policía y esperó en su domicilio a los agentes para entregarse, por lo que solicita su puesta en libertad. Pero estos hechos no constituyen "garantía suficiente" para evitar que el acusado pueda evadirse de la justicia, según el juez.

De acuerdo con las las primeras diligencias, el hombre se habría personado en el domicilio de su exmujer para entregarle el hijo de ambos, comenzando una discusión. Según ha reconocido el propio imputado y, tras ser supuestamente agredido por la mujer, éste respondió a la agresión, en un "ataque de ira" y sin recordar exactamente lo sucedido porque "estaba bloqueado".

Con posterioridad, llamó a un policía local al que conocía y le dijo que "se le había ido la mano y que su mujer no se movía".

Por todo lo anterior, el juez considera que hay indicios suficientes para imputar al detenido la comisión de un delito de homicidio o asesinato, delitos que "en el mejor de los casos" superan los diez años de cárcel.