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La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidieron ayer al Gobierno de España que vigile la solvencia y la calidad de los activos de la banca española ante la "situación económica adversa", que sigue pesando sobre el sector.

La CE y el BCE, así como el FMI en su calidad de supervisor independiente del programa de asistencia financiera a la banca española, señalaron en las conclusiones preliminares de su tercera revisión que el proceso de reestructuración y recapitalización de las entidades que precisaron ayuda "continúa por el buen camino".

Los expertos de Bruselas, Fráncfort y Washington visitaron España del 21 al 31 de mayo junto con técnicos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y determinaron en sus reuniones con la banca y las autoridades españolas que el cumplimiento de las condiciones fijadas en el memorando de entendimiento "casi se ha completado".

"Los mercados financieros españoles se han estabilizado aún más desde la última revisión, con una caída del interés de los bonos soberanos y corporativos junto a una menor volatilidad. En paralelo, la situación de liquidez del sector bancario español ha mejorado", afirmaron la CE y el BCE en un comunicado conjunto.

Activos tóxicos
Segúnla troika, esta mejoría ha permitido a los bancos españoles ampliar su acceso a los mercados financieros y reducir su dependencia del banco central, al tiempo que han visto "reforzada su solvencia" gracias a la recapitalización de parte del sector mediante la ayuda europea de unos 40.000 millones de euros de un total de 100.000 millones concedidos, y la transferencia de activos tóxicos a la Sareb.

Esta sociedad de gestión de activos, más conocida como el "banco malo", afronta ahora el "gran desafío" de gestionar y desinvertir con éxito esa cartera en un entorno "de condiciones todavía muy difíciles para el mercado inmobiliario".

Con todo ello, "los ratios de solvencia están por encima de los requerimientos regulatorios", destacan la CE y el BCE.

No obstante, piden al Gobierno que siga "vigilando de cerca" el sistema bancario a fin de preservar su estabilización final.