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El ministro de Industria, José Manuel Soria; los gobiernos de Asturias, País Vasco y Galicia y la patronal de los astilleros (Pymar) pedirán una reunión urgente al comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, para evitar la devolución de las ayudas fiscales al sector naval.

Tras reunirse durante algo más de una hora, Soria ha explicado a los medios de comunicación que esas tres comunidades autónomas, Pymar e Industria han firmado una declaración institucional por la que piden a las autoridades de la Unión Europea (UE) que reconsideren su postura respecto de las bonificaciones fiscales ("tax-lease") al sector naval.

El Colegio de Comisarios de la Comisión Europea (CE) decidirá el próximo 17 de julio si el sector naval español tiene que devolver los incentivos fiscales para financiar la construcción naval recibidos entre 2006 y 2011, que ascienden a unos 2.000 millones de euros.

"Hemos firmado una declaración conjunta donde pedimos al vicepresidente responsable de Competencia que reconsidere ese anuncio", en referencia a su apuesta por la devolución de las ayudas.

Para reforzar esa posición, las cinco instituciones pedirán a Almunia una reunión conjunta que debería celebrarse antes del 4 de julio y otra, para antes del 15 de julio, al presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.

Soria ha insistido en defender "la no devolución de las ayudas" que el sector había recibido, "una pretensión que no era ni es gratuita, sino que tiene sólidos fundamentos jurídicos".

Así, el ministro ha aludido a los principios de confianza legítima y seguridad jurídica con la que actuaron astilleros, armadores e inversores, convencidos de que las bonificaciones fiscales eran legales.

Además considera que la devolución de las ayudas tendría un efecto "irreversible e irreparable" sobre la industria de construcción naval española, lo que iría "justo en la dirección opuesta" de los objetivos de reindustrialización europeos.

El lehendakari, Íñigo Urkullu, ha denunciado que "los astilleros han tenido que vivir en la inseguridad jurídica" durante dos años, desde la apertura del expediente, lo que supondría una "inacción" por parte de la Comisión Europea (CE).