Mezquita. Vista general del complejo de la mezquita Rabaa Adawiya, que resultó medio quemada, tras el desalojo de los partidarios de Mursi - Reuters

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Egipto despidió ayer a los muertos de la masacre tras el violento desalojo de las acampadas que mantenían los opositores al golpe militar en la capital, mientras siguen los incidentes que las autoridades han prometido combatir con mano dura.

Entre lágrimas y rezos, miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi se congregaron en la mezquita de Al Imán, en el este de El Cairo, para despedir a sus fallecidos.

Decenas de cadáveres envueltos en sábanas blancas estaban hacinados en ese y otros templos del país, según confirmaron a Efe fuentes de los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militaba Mursi hasta acceder a la Presidencia en junio de 2012.

En la cairota plaza de Rabea al Adauiya, el principal bastión islamista donde estaban las tiendas de campaña arrasadas, la mezquita también fue objeto de las llamas y presentaba un aspecto desolador entre los escombros que las excavadoras se afanaban por retirar.
En paralelo, se ofició el funeral oficial por los 43 policías muertos anteayer en los disturbios, en una ceremonia a la que acudió, entre otros, el ministro egipcio de Interior, Mohamed Ibrahim.

Al menos 578 personas murieron y más de 4.200 resultaron heridas tras la operación policial lanzada la víspera para desmantelar las acampadas de los islamistas, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad.

La situación está lejos de tranquilizarse, después de que ayer se sucedieran nuevos actos violentos en distintas partes del país, a pesar del estado de emergencia durante un mes y el toque de queda por la noche decretados por las autoridades.

Cuatro personas fallecieron en choques entre partidarios y opositores de Mursi en la ciudad mediterránea de Alejandría, mientras que hubo once policías muertos en ataques armados en la localidad de Al Arish, en la inestable península del Sinaí (este).

Decenas de personas resultaron heridos por perdigones en enfrentamientos similares en la localidad de Kafr al Dauar, en la provincia de Beheira (delta del río Nilo), entre otros sucesos.

En la capital, tres agentes murieron en un ataque contra una comisaría en el barrio de Heluan, en el sur, y la sede de la Gobernación de Guiza -cerca de las Pirámides- fue incendiada.

Ante esta situación caótica, el Ministerio de Interior dio ayer instrucciones a sus fuerzas para que usen munición real frente a cualquier ataque contra las instituciones del Estado o contra edificios oficiales.