Mohamad Chatah, opositor al presidente Al Assad, era crítico con el movimiento libanés Hezbollah. - EFE

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El exministro libanés Mohamad Chatah, opositor al presidente sirio, Bashar al-Assad, y otras cinco personas murieron ayer en un ataque con bomba en Beirut que tenía como objetivo el automóvil del político, en un hecho que aliados del fallecido funcionario atribuyeron a la milicia chií Hezbollah.

Chatah, un suní de 62 años, también era crítico del movimiento libanés Hezbollah y asesor del ex primer ministro de Líbano Saad al-Hariri.

El hecho sacudió al Líbano, que se ha visto arrastrado al conflicto en Siria, en un nuevo hecho de violencia tras un año de ataques con bombas a musulmanes chiíes y suníes.

Saad al-Hariri acusó a Hezbollah de estar involucrado en el ataque con bomba del viernes.

«Por lo que sabemos, los sospechosos (...) son aquellos que están huyendo de la justicia internacional y se están negando a presentarse ante el tribunal internacional», dijo Hariri, refiriéndose a los cinco miembros de Hezbollah a los que se acusa por la muerte de su padre.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el Consejo de Seguridad de la entidad condenaron el ataque.

La muerte de Chatah ocurrió tres semanas antes del inicio de un juicio contra cinco miembros de Hezbollah acusados de llevar a cabo un atentado en febrero de 2005 en el que murió el ex primer ministro Rafik al-Hariri, padre de Saad, y otras 21 personas.

Negativa

Hezbollah negó haber participado del ataque, pero pesquisas preliminares de la ONU implicaron a funcionarios sirios.

Está previsto que el juicio comience en enero en La Haya. Los acusados están prófugos y Hezbollah se ha negado a cooperar con la corte, a la que considera políticamente motivada.

La explosión d ayer, que dejó 71 heridos, vació las calles del centro de Beirut, donde la gente -que buscaba un respiro tras los últimos disturbios- se había aventurado a disfrutar de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo.

El conflicto en la vecina Siria ha polarizado a Líbano y aumentado las tensiones sectarias. Hezbollah envió combatientes a Siria para luchar junto a Assad, que es de la secta alauí, una ramificación heterodoxa del islamismo chií. La milicia condenó el ataque del viernes, al que calificó como un «crimen horrendo».

Algunos de los grupos rebeldes suníes sirios están vinculados con Al Qaeda, que también quiere derrocar a Assad.