Pequeños transportistas han colapsado esta semana algunas ciudades. | ROMÁN G. AGUILERA

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Este viernes se cumplen doce días desde el inicio de las protestas de los transportistas, que han puesto en jaque a España. El incremento del precio de los combustibles, debido principalmente a la guerra en Ucrania, ha hecho salir a la calle a un sector que asegura que está totalmente asfixiado y que no puede seguir trabajando en estas condiciones. Desde el pasado 14 de marzo se ha puesto de manifiesto que su papel es fundamental en el funcionamiento del país, ya que los distribuidores y los supermercados han llegado a reconocer que la cadena de alimentación se encuentra más tensionada que en los peores momentos de la pandemia. Así, se han vuelto a ver imágenes de estanterías de supermercados vacías.

Aunque el Gobierno y el Comité Nacional del Transporte por Carretera llegaron a un acuerdo de madrugada, la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte avisa que no reconocerá ningún acuerdo y asegura que seguirá con los paros hasta que el Ejecutivo se reúna con sus representantes y firmen la paz. Además, mantiene la concentración convocada para este viernes en Madrid. La citada plataforma ha insistido en que no se siente representada por el Comité Nacional del Transporte por Carretera y ha insistido en que no pueden «acordar nada» en su nombre. En este punto, la plataforma ha reiterado que son sus representantes los que tienen que «desconvocar» las protestas, algo que no sucederá antes de que el Ejecutivo se siente a negociar con ellos y se alcance un acuerdo, según ha asegurado. «No daremos por bueno ningún acuerdo que no sea tomado directamente con nosotros», ha destacado el presidente de la citada plataforma, Manuel Hernández.

130 millones de pérdidas diarias

A nivel nacional, las cadenas de distribución han alertado de que el paro de los transportistas les supone pérdidas diarias de 130 millones de euros y este pasado jueves se cumplieron 11 días de protestas, por lo que el montante asciende a 1.430 millones de euros. Aunque no existe desabastecimiento, sí hay problemas de abastecimiento y algunas empresas, como Danone, han tenido que parar algunas de sus líneas de producción. En las Islas, Conservas Rosselló ha tenido que dar vacaciones al personal de su planta de envasado.

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El presidente de la asociación española de supermercados (Aces), Aurelio del Pino, ha manifestado esta semana que «tenemos problemas de abastecimiento, pero no habrá problemas de desabastecimiento», una frase que según han confirmado desde Baleares resume a la perfección lo que está pasando. Las mismas fuentes han añadido que están intentando guardar en sus almacenes el mayor stock posible de productos ante la previsión de que la próxima semana pueda haber problemas de abastecimiento. Actualmente llegan principalmente camiones procedentes del puerto de Barcelona, ya que en el Valencia las protestas están siendo más fuertes.

Desde las grandes cadenas de supermercados de las Islas han reconocido que tienen problemas con algunos productos, especialmente de marcas concretas, pero si no hay de una determinada suele haber de otra. Los productos que presentan más dificultades son el pollo, el aceite y los productos lácteos. En relación a esto último han destacado el papel tan importante que está desempeñando Agama, que está permitiendo dar respuesta a la demanda de leche de los consumidores. Aunque en Baleares se ha desconvocado la que estaba prevista para el próximo 28 de marzo, el problema es que la mayoría de los productos proceden de la Península y allí aún se mantienen los paros.

El presidente de la Asociación de Distribuidores de Baleares, Bartolomé Servera (las empresas asociadas se encargan de toda la distribución que se hace en las Islas, salvo las de las grandes cadenas de supermercados) teme que la situación vaya a peor. De momento, sus clientes tienen garantizados el suministro, pero no podrán resistir muchos más días pese al acopio de productos que llevan haciendo desde que comenzó el conflicto.