El rapero mallorquín reacciona a la última novedad judicial con respecto a su caso. | Twitter: @valtonyc

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Josep Miquel Arenas Valtònyc se ha puesto serio este martes, e incluso ha mostrado dificultades para contener las lágrimas al admitir desde Bélgica que «el gran miedo de un exiliado es que lo olviden y no ha sido así. Gracias» ha expresado el rapero mallorquín, ante los primeros micrófonos y cámaras que han captado su parecer nada más conocer la decisión de los tribunales de aquel país de no extraditarlo a España. Recordemos que la Justicia de nuestro país lo reclama por su condena incumplida por injurias a la Corona.

Echando un vistazo a las redes sociales del joven mallorquín uno puede advertir que la posibilidad de ser extraditado resulta para Valtònyc un fantasma que siempre planea. A pesar de que él trata de tomárselo con humor, o al menos así lo expresa de vez en cuando, como el mensaje reciente en el que comenta una publicidad de una aerolínea española que bajo el lema 'Madrid te espera' promete un «viaje de ida y de vuelta». No para él, probablemente, contra quien pesa una condena ratificada por el Tribunal Supremo a tres años y medio de cárcel, de la cual se evadió marchándose del país y exiliándose antes de que la orden de entrada en prisión se hiciera efectiva.

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Las burlas de Valtònyc al sistema judicial español han constituido una fuente de inspiración para sus temas musicales, y un argumento recurrente y abundante a juzgar por los mensajes públicos del rapero mallorquín. Recordemos que una vez se fotografió con un grupo de acompañantes más allá de la frontera en suelo nacional, «visitando a unos amigos en Euskal Herria». Siempre impugnando a casi todos y a casi todo, últimamente incluso a una parte relevante del independentismo catalán, como cuando hace ahora dos meses tuiteó que «qui té ídols és perquè no els coneix».

Probablemente Valtònyc ha visto y oído muchas cosas desde que decidió emprender la huida de España, quizás las suficientes para entender que en todas partes cuecen habas. En ese tiempo lejos de Mallorca y de los suyos ha sufrido pérdidas personales importantes, pero también ha conocido un apoyo popular que ignoraba. En su comparecencia de este martes ante los periodistas Valtònyc deja ir algo relevante, algo que hasta ahora nunca habíamos escuchado: «tengo ganas de empezar a vivir».

Según él mismo recuerda ha defendido la libertad de expresión «desde los 18» por un camino que le ha llevado a tener que huir de su casa y a ser condenado por los jueces. El Gobierno más progresista de la historia podría haberle indultado pero no lo hizo, y lo único que nadie puede negarle es haber amasado una importantísima repercusión mediática. Para alguien que hace canciones no es mal bagaje, pese a todo.