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La decisión que han tomado este lunes los países petroleros de reducir la producción hasta final de año provocará un efecto mariposa que se dejará notar en seguida en el bolsillo de los conductores porque gasolina y gasoil se encarecerán, no se sabe cuánto pero sí por encima de los 1,5-1,6 euros el litro de estos días. A pesar de la incertidumbre sobre el alcance de sus efectos y cuánto empezará a notarse que señalan en el sector, es previsible que en el medio plazo lo noten los consumidores en general, incluidos especialmente los que estén hipotecados porque, siguiendo la cadencia del año pasado por la guerra de Ucrania, en dos o tres meses subirá la subida de la inflación general -por la subida del precio de una energía como el petróleo-, después la subyacente y no puede descartarse tampoco que tenga un reflejo en los tipos de interés. Si en el Banco Central Europeo (BCE) empezaba a cundir la idea de moderar las subidas, un repunte de la inflación podría hacerle cambiar de opinión y continuar con la progresión de 50 puntos básicos en cada revisión.

Estos son los efectos esperables de la decisión que ha tomado este lunes la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de recortar la producción. A instancias de Arabia Saudí y Rusia, los miembros del cártel han acordado una reducción "voluntaria" entre mayo y finales de 2023 que hasta entonces -y a falta de conocer la decisión de Rusia, por ejemplo- pondrá en el mercado 1,1 millones de barriles diarios, de acuerdo a los recortes que ya han anunciado Arabia Saudí (500.000 barriles diarios menos) , Emiratos Árabes Unidos (144.000), Kuwait (128.000), Irak (211.000), Kazajistán (78.000) y Omán (40.000).

Se trata de lo que los expertos consideran una decisión "clásica" que el cartel mundial del petróleo ha tomado cada vez que ha querido frenar la caída de precios, que se suma al recorte de dos millones de barriles diarios que la OPEP ya acordó en noviembre. El año pasado, el barril estaba a 100 dólares y ahora a un "mínimo" que ronda los 70, particularmente después de los sobresaltos financieros del mes pasado que provocaron los rescates bancarios del Silicon Valley Bank y Credit Suisse y las turbulencias del Deutsche Bank. En el sector creen que la OPEP manda el "mensaje claro" d que no va a permitir que el barril esté por debajo de los 75 dólares.

"La gasolina estaba bajando porque las cotizaciones estaban bajado y la OPEP lo que quiere es sostener el precio del crudo", explican desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), de la que forman parte las principales compañías del sector como Repsol, Cepsa o Galp. De momento, la AOP se mantiene más bien a la expectativa sobre lo que podrá suceder y apelan a la "incertidumbre" que sobre todo desde la Covid y añadida a la guerra en Ucrania rodea cualquier previsión que se quiera hacer.

La lógica dice que un recorte de la oferta, como la que ha vuelto a decretar la OPEP, conducirá a un encarecimiento, pero la AOP apunta a otros factores, como el comportamiento de la demanda, que no tiene visos de reducirse, de modo que previsiblemente no podrá contarse con una reducción como un factor que vaya a amortiguar el efecto sobre los precios de una menor oferta. La UE y Estados Unidos crecen y las previsiones dicen que lo harán todavía más en este segundo trimestre del año.

Por encima de 1,5 el litro

Este contexto en el que una recesión parece lejana, el primer efecto se notará en las gasolineras. Países como Arabia Saudí, Kuwait o Rusia se han vuelto a conjurar para que el barril no baje de 75 dólares, que es el precio que, trasladado a las gasolineras, dejaba el litro a 1,5 o 1,6 euros de los últimos días. Un precio que no se repetirá, aunque es pronto para saber cuánto y durante cuánto tiempo seguirá subirá.

"Es la pregunta del millón" para director general de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), Nacho Rabadán. En las primeras horas tras conocerse la decisión de la OPEP, la gasolina ha subido un 8% en los mercados internacionales. Si hoy cierra con un incremento del 5% que se repite en los próximos días, será inevitable la subida.

"Normalmente la cotización internacional del precio del refino está muy el consonancia con la del petróleo. Lo normal es que en poco tiempo la cotización internacional de estos productos empiece a crecer y las estaciones [de servicio] tengamos que pagar un mayor precio por las cisternas y vender a un mayor precio", afirma. Descarta que este incremento vaya a notarse ya en esta Semana Santa, sumándose al encarecimiento de "uno o dos céntimos" que experimentará ya de por sí el combustible por las primeras vacaciones del año.

"Va a ser muy difícil en los próximos meses ver el precio por debajo de 1,5 euros, no creo que podamos ver en un futuro el precio de gasolina o de gasóleo por debajo", advierte Rabadán.

Inflación e hipotecas

A partir de lo que suceda en las gasolineras o con el precio del combustible, la decisión de este lunes de la OPEP se irá extendiendo al resto de la economía "como una mancha de aceite", según la metáfora que emplea Antoni Cunyat, profesor de la Universitat de València y profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.

Teniendo en cuenta lo que sucedió el año pasado, cuando invasión de Ucrania por parte de Rusia desató una crisis energética que encareció los precios del gas o la electricidad, Cunyat calcula que, después del carburante, la siguiente consecuencia del recorte de la producción de petróleo será la subida de la inflación. La general, provocada en este caso por el encarecimiento de la energía, podría dejarse ver en dos o tres meses. Y después empezaría a crecer con mayor intensidad la inflación subyacente, la que no cuenta la energía ni los alimentos y que, al contrario de la general, baja después mucho más lentamente.

"En los mercados no competitivos [como el del petróleo] se suele hablar del 'efecto cohete' y 'efecto pluma'", explica Cunyat, sobre el modo en el que incremento y bajada de costes se traslada al resto de precios. Las subidas "se suelen trasladar muy rápidamente, como un cohete, pero las bajadas de costes suelen repercutir en bajadas de precio muy lentamente".

Además de la posibilidad de romper una senda de reducción de la inflación que en marzo empezó a llegar también a la subyacente, que bajó una décima por primera vez desde el año pasado, este efecto mariposa del recorte de producción del petróleo puede llegar a las hipotecas.

Las turbulencias financieras del mes pasado ya hicieron a la Reserva Federal moderar la subida de tipos de interés y esta misma idea empezaba a ganar partidarios en el Banco Central Europeo. Sin embargo, Cunyat apunta a que podría volver a aparcarse si las previsiones son de un aumento de la inflación y retomar la senda de "endurecimiento" de las condiciones de crédito que se ha seguido en los últimos meses, con incrementos progresivos de 50 puntos básicos de los tipos de interés.