El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, pronuncia su discurso de investidura para revalidar el cargo por tercera vez consecutiva. | Ismael Herrero

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El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pronunciado su primer discurso tras jurar su cargo por tercera vez entonando un discurso centrado en ensalzar la España de las autonomías, aplaudiendo el modelo de funcionamiento en el país y su ejemplo ante retos como superar la pandemia. Page ha afirmado que las regiones «son constructivas y son Estado», y por tanto son «incluyentes, constructivas, cumplidoras con el objetivo de la Constitución». Además, ha indicado que Las autonomías, -las que son «fieles y leales»-, tienen ahora que «impedir que siempre haya un debate bilateral».

«Jugamos un papel de multilateralidad. El Estado es una cosa pero cada comunidad no puede un debate bilateral. Todos queremos lo mismo», ha reiterado. No están «para trocear España, ni siquiera fiscalmente» ni están para generar «diecisiete españas», y ahora con la estabilidad institucional que va a disfrutar Castilla-La Mancha, la propuesta será «seguir creciendo y seguir siendo una región atractiva para la llegada de empresas».

Sus retos, ha dicho, seguirán siendo hacer que los servicios públicos funcionen, y todo para vivir más, «y no se vive más si no se vive mejor». Tras décadas en la política, García-Page ha querido presumir de no haber cambiado nunca; al tiempo que ha mostrado su alegría por poder prestar su trabajo al servicio de su tierra como presidente otros cuatro años.

Ha citado el calor que ha estado presente durante el acto recordando que hace cuatro años, en este mismo escenario y en su anterior toma de posesión, «hacía todavía más». Tras agradecer a todas las autoridades presentes su asistencia, se ha acordado veladamente de Carles Puigdemont, quien también prometió cargo sobre un ejemplar de la Constitución, con la cual no cumplió.

Ahora, tras su «andadura larga» en la que ya ve «alguna ventana de escape», tiene importancia poder tomar posesión ante tantas autoridades, entre las que destacaban las ministras Nadia Calviño e Isabel Rodríguez; los presidentes autonómicos Adrián Barbón y de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Se ha emocionado al citar que es la primera de sus diez tomas de posesión en distintos cargos a lo largo de la historia en la que no están sus padres. «Mi madre, que sí estuvo en la última, siempre me decía que entrar en política no traía nada bueno. Pero no tenía razón», ha indicado. La política «no se circunscribe al cargo» que la ejerce, ya que afecta a todo aquél que le rodea, a quienes García-Page ha pedido disculpas si alguna vez han recibido los «arañazos» de su posición. Ha hecho extensiva la petición de disculpas a su familia por su «torpeza» al resto de ciudadanos. La política «no es como la gente se imagina», ya que la ejercen personas que en muchos casos «se dejan la vida. Se sufre mucho», ha admitido.

El acto arrancaba con la intervención de Ana Mejía, una emprendedora albaceteña que ha rememorado cómo gracias a una beca otorgada por el Gobierno regional con José María Barreda como presidente inició su carrera. Liderando una empresa de innovación en aplicaciones médicas, ha relatado su camino hasta conseguir, esta misma semana, un título de patente europea.

«Un camino largo pero lleno de ayudas. También de las instituciones. El camino del emprendimiento es largo, pero produce empleo de mucha calidad. Tenemos que seguir apoyando. Y desde Castilla-La Mancha se puede», ha celebrado.

La jefa de Oncología Radioterápica de Toledo, Eva Lozano, también ha ilustrado la toma de posesión del presidente, y ha dedicado unas breves palabras a ofrecer su particular visión sobre los retos castellanomanchegos. Madrileña pero trabajando en el Sescam desde 2006, se ha mostrado «orgullosa» del «salto cualitativo que en los últimos años ha dado el servicio de salud». En 2006 sólo había un centro, el hospital de Albacete, con su especialidad, y a lo largo del resto de años hasta aquí, se ha ampliado la cartera, con la vista puesta en que recalen en las cinco provincias.

Cristina Landete, joven invidente albaceteña de 15 años, ha sido otra de las figuras que ha pasado por el estrado antes de que el presidente tomara la palabra. Ha tenido palabras de cariño para Emiliano García-Page, y ha querido compartir el «orgullo» por compartir «una tierra de oportunidades» gracias a él. Una tierra que «lucha todos los días por eliminar las diferencias» que plagan el mundo. «Todos y cada uno de nosotros tenemos capacidades únicas, que dependiendo de cómo se perciban, pueden ser barreras u oportunidades».

Con apoyo de su familia y de «las políticas del Gobierno de Castilla-La Mancha», está teniendo «muchas oportunidades para demostrar que una persona con apoyo puede conseguir lo que quiera».
A estas tres mujeres se ha dirigido García-Page con especial cariño durante su alocución, aplaudiendo a Cristina por «hacernos soñar despiertos»; a Eva por su papel como profesional sanitaria ante el COVID y a Ana como ejemplo de emprendimiento.