La presidenta del Congreso, Francina Armengol, protagoniza un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum este lunes en Madrid. | Efe - FERNANDO ALVARADO

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La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha mostrado su sorpresa ante la apertura del PP a un indulto condicionado a Carles Puigdemont, y ha valorado que Alberto Núñez Feijoo apueste por arreglar el conflicto catalán desde la política y que los populares vayan «en esta línea» que defiende el Gobierno. Durante su participación en el desayuno informativo Nuevo Forum, Armengol ha incidido en que desde su posición institucional y como socialista siempre ha defendido mirar el problema de Cataluña «de frente y decirles a los ciudadanos la verdad».

«Es la forma que yo he hecho en política y creo que mi partido la está haciendo», ha dicho tras puntualizar que si no se es coherente con el ciudadano «es cuando tienes un problema». En el mismo sentido, tras conocerse que los 'populares' valoraron la amnistía a los encausados de 'procès' durante «24 horas» después de una reunión con Junts previa al debate de investidura de Feijóo en el Congreso, la ministra de Sanidad, Mónica García, que ha asistido a este acto informativo, ha tildado a Feijóo de «tener tan pocos escrúpulos» con las «mentiras».

«La seña de identidad del PP es la mentira. El señor Feijóo ha estado incendiando las calles y las instituciones con argumentos que contradicen la realidad que ha vivido el propio Feijóo», ha recalcado. Por su parte, la presidenta del Congreso ha reiterado que el conflicto territorial en Cataluña «es un conflicto político y hay que usar las fórmulas y soluciones desde la política». «Y esta posición que ha expresado el PP va en esta línea», ha dicho al tiempo que la ley de amnistía todavía permanece en el plazo de quince días para que la comisión parlamentaria apruebe un nuevo dictamen y sea enviada al pleno del Congreso.

Armengol también ha avisado de que el Senado deberá continuar con la tramitación de la ley y que sería un «gravísimo error» que esta Cámara «se utilice para hacer contrapeso del trabajo del Congreso de los Diputados». Ha lamentado que en los seis meses que lleva como presidenta del Congreso se haya hablado «poco» de otros retos que la sociedad debe afrontar, en materia de vivienda, salud o igualdad de género, y que «a iniciativa de la oposición» se haya hablado «mucho» de la ley de amnistía.

Entre los retos que más le ilusionan en esta legislatura ha apostado por la aprobación de un Estado palestino: «No depende de mí, pero me gustaría mucho...Y no habría más alegría. Sería un avance justo y necesario».

Más diálogo en el Congreso y menos 'gresca'

Durante toda su intervención ha insistido en la necesidad de dialogar y debatir en el Congreso sin «insultos y agresiones» ya que es «fundamental para arreglar cualquier conflicto».

Ha negado que no llame al orden a los diputados ante descalificaciones a los jueces y ha recordado que así lo hace en casi todas las Juntas de Portavoces para que mantengan respeto y decoro, aunque en el hemiciclo ha justificado que no retira la palabra a los parlamentarios porque supone agredir otro principio que es el de la libertad de expresión.

Además, ha lanzado una crítica contra los que dicen que el uso de las lenguas cooficiales en el pleno «rompe España» y ha defendido que es todo lo contrario «lo que la rompe es no respetar las diferencias» porque «nos parece maravilloso oír a los representantes públicos hablar en nuestras lenguas y eso hace más España». «Y lo digo por los que van todo el día con la bandera, con la Constitución, con el que se rompe España», ha recalcado.