Esta científica polaca de nacimiento y francesa de adopción revolucionó la esfera del conocimiento a principios del siglo XX y constituye todo un ejemplo para las generaciones venideras.

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Este lunes, 11 de febrero, se conmemora a nivel internacional el Día de la mujer y la niña en la ciencia, y hablar de mujer investigadora, científica y pionera es hablar de Marie Curie. No cabe duda de que marcó una era. Se trata, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de «la científica más conocida del siglo XX». Por ello su vida y su ejemplo son toda una inspiración para las pequeñas que tienen hoy la oportunidad de soñar en aquello que van llegar a ser el día de mañana.

Por estas ocho razones debes hablar a tus hijas sobre quién fue y qué hizo Marie Curie:

■ Criada en Varsovia (Polonia) en el seno de una familia de maestros y siendo la menor de cinco hermanos, fue la primera mujer en recibir un Premio Nobel, en este caso por sus hallazgos en el campo de la radioactividad.

■ Hasta la fecha es la única persona que ha recibido dos Premios Nobel en distintas disciplinas científicas (Física y Química).

■ Descubrió los elementos Radio y Polonio, y sus trabajos fueron fundamentales en el estudio de la estructura atómica de la materia, con aplicaciones que lo cambiaron todo, tanto en campos como la medicina y en otras disciplinas técnicas.

■ Nunca tuvo miedo a ser quien quería ser. Afrontó todo tipo de dificultades para realizarse como investigadora, y dado que en Polonia no podía ir a la universidad recorrió miles de kilómetros y vivió de forma precaria con sus escasos ahorros y la poca ayuda que le llegaba de su casa para hacer su sueño posible.

■ Acabó siendo la primera de su promoción en la Sorbona de París. En el prestigioso centro académico parisino conoció a su marido Pierre, y con los años llegó a ser la primera mujer catedrática en la universidad de París.

■ Para ella el dinero no lo era todo. Se hubiera podido enriquecer mucho con sus descubrimientos, pero en lugar de eso declinó patentar el proceso de aislamiento del radio para que toda la comunidad científica se beneficiara de su labor.

■ Antes de ello vivió enteramente dedicada a su faceta investigadora, que compaginaba con el cuidado de sus dos hijas. Su marido Pierre, sorprendido por los hallazgos y los experimentos de su compañera, dejó de lado sus propias investigaciones para ayudarla, algo que a la postre le hizo compartir el reconocimiento de todos los científicos.

■ Al morir su marido dejó de estar eclipsada por su figura, pese a que los méritos de sus trabajos compartidos eran principalmente suyos. Dirigió el Instituto del Radio de París y viajó a los Estados Unidos donde fue recibida en olor de multitudes. Murió habiendo dedicado toda su vida a la investigación científica y a la difusión del conocimiento.