Vista de una de las batas y mascarillas para el personal sanitario fabricadas por la Red Copérnico de emergencia textil.

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Las mascarillas que se utilizan para protegerse frente al nuevo coronavirus no se pueden reutilizar y deben cubrir la boca y la nariz, de manera que no quede un espacio en la cara, según se señala en la 'Guía de Actuación para Personas con Condiciones de Salud Crónicas y Personas Mayores en situación de confinamiento', publicada por el Ministerio de Sanidad.

Aunque desde el comienzo de la epidemia por el coronavirus las autoridades sanitarias nacionales e internacionales han recomendado el uso de mascarillas para las personas contagiadas y para aquellas que estén en contacto con un paciente, la semana pasada el ministro de Sanidad, Salvador Illa, reconoció que el Gobierno está barajando la posibilidad de recomendar su uso a toda la población.

Por ello, y mientras se hace o no oficial dicha recomendación, la cual no será de obligado cumplimiento si no hay capacidad suficiente para que todos los ciudadanos tengan acceso a las mascarillas, el Ministerio de Sanidad aconseja lavarse las manos antes de utilizarlas.

Además, destaca la importancia de evitar tocar la mascarillas mientras se lleve puesta y, en el caso de hacerlo, lavarse las manos con agua y jabón; cambiarla cuando esté usada, quitársela por las cintas de la parte trasera y tirarla a un cubo de basura. Posteriormente, hay que lavarse las manos con agua y jabón.

Qué tipo de mascarilla hay que usar

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Precisamente, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha publicado varias guías sobre elaboración y uso de mascarillas, en las que señala que los profesionales sanitarios que estén a menos de dos metros de distancia con un caso en investigación o confirmado deben llevar una mascarilla autofiltrante de tipo FFP2, la cual deberá ser deshechada tras su uso, o una media máscara provista con filtro contra partículas P2, que deberá limpiarse y desinfectarse cada vez que se utilice.

Ahora bien, en el caso de que los procedimientos asistenciales que se realicen se generen aerosoles en concentraciones elevadas, la guía publicada por el Ministerio de Industria aconseja que los profesionales sanitarios lleven mascarillas autofiltrantes contra partículas FFP3 o media máscara provista con filtro contra partículas P3. Estas mascarillas son consideradas como equipos de protección individual y deben de cumplir con el Reglamento (UE) 2016/425.

En cuanto a las mascarillas quirúrgicas, la finalidad que tienen es evitar la transmisión de agentes infecciosos al medio ambiente procedentes de la persona que lleva. Estas son calificadas como productos sanitarios y, como tal, deben cumplir con lo establecido en la Directiva 43/92/CEE.

Finalmente, el Ministerio de Industria ha publicado otro protocolo en el que aporta una serie de recomendaciones para fabricar una mascarilla, entre las que destacan la importancia de que esté fabricada con material filtrante; deben cubrir nariz, boca y mentón; debe garantizar un ajuste adecuado para que no se produzcan fugas; y las gomas se pueden sustituir por tiras para atar.

En estos casos, el Gobierno avisa de que no se pueden vender a través de los canales sanitarios, ya que no se consideran un EPI ni un producto sanitario y su misión es «puramente higiénica». «Para reducir los riesgos del uso de estas mascarillas se debe advertir que el uso es personal y que una vez usada se debe desechar, porque no es reutilizable», zanja el documento publicado por Industria, Comercio y Turismo.