Un brote en una granja de Lleida obligó a sacrificar a 87.000 aves de corral, la semana pasada, como medida preventiva para evitar su propagación. | Alex López / EFE

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Galicia, Guipúzkoa Barcelona y Huelva centran, de momento, los siete focos de contagios de gripe aviar reportados por el Ministerio de Sanidad en este 2023. En Baleares no se ha detectado ninguna infección ni a nivel doméstico ni a nivel silvestre pero las consellerias de Salut y de Agricultura no bajan la guardia. «El problema que puede haber es que, de alguna manera, pase a los humanos, se recombine con su gripe y pueda haber otra pandemia», advierte el presidente del Col·legi Oficial de Veterinaris de Balears, Ramón García.

Pese a la alerta, el virus «no es nuevo, la gripe aviar cada equis tiempo tiene este tipo de expansiones que ahora hace año y medio que se está viendo y es brutal». La variante A(H5N1) se identificó por primera vez en aves domésticas y silvestres en diciembre de 2014 en Norteamérica. Desde entonces se ha registrado algún caso en humanos cuya infección a menudo puede tener manifestaciones graves, pero han sido poco frecuentes y sin diseminación.

Sin embargo, tal y como acaba de advertir la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se han visto contagios a mamíferos y existe el riesgo de establecerse transmisión sostenida entre personas, que puede desencadenar en un brote o hasta en una pandemia. «Muchas veces los casos de que se declaran se asocian a personas que trabajan en este entorno», aclara García. Por este motivo, añade, «se recomienda que todos los empleados de estos ámbitos se vacunen de la humana, precisamente para evitarlo».

Para llevar un control, «normalmente lo que se hace es vigilancia de explotaciones de aves domésticas, con un seguimiento en el número de animales y de mortalidad», explica el veterinario de Salut Pública. En cuanto a los animales silvestres, «hay observadores por si crece la mortalidad de pájaros por zonas y se hacen muestreos para conocer las causas», prosigue el experto.

Virología

Por su parte, el jefe de virología de Son Espases, Jordi Reina, señala que se está realizando una «vigilancia activa», pero pide evitar alarmismos. El doctor Reina explica que en uno de los brotes detectados en la Península se contagió un granjero, pero no llegó a desarrollar la enfermedad. Es decir, «hasta el momento, el virus no ha conseguido humanizarse para transmitirse de forma fácil entre personas».

Uno de los motivos puede ser que hay suficiente población de aves entre las que poder expandirse, es decir, no tienen necesidad de saltar a los humanos». En el caso de que finalmente lo hiciera, «lo conocemos, por lo que sería más fácil atajarlo», a diferencia de lo que sucedió con la COVID-19, que era totalmente desconocida.

El apunte

Un brote en Lleida obligó a sacrificar 87.000 aves

La influenza aviar se está expandiendo entre las aves silvestres y ya se han visto casos en aves de corral. Como se recordará, la semana pasada en Lleida se sacrificaron 87.000 pavos y codornices de una granja tras un brote confirmado por el Laboratorio Nacional de referencia de Veterinaria.