Las ganas de tener un hijo motivan discusiones en muchas parejas y algunas, incluso, llegan a romper. | Freepik

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«A partir de los 35 años se dispara la presión por ser madre». Así de claro lo pone de manifiesto Marga Serra, miembro del Grupo de Trabajo de Psicología de Igualdad y Género del Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears (COPIB). En este sentido, explica que con esa edad las mujeres toman consciencia de que su edad fértil va llegando a su fin, al tiempo que se van incrementando las dificultades para quedarse embarazadas. «Lo habitual es que se planteen ser madres a los 29-30 años por un tema biológico; empiezan a saltar las alarmas. A partir de los 35 años llega la ansiedad», expone.

Serra destaca que la presión y la ansiedad que sienten las mujeres que quieren ser madres y no lo han sido cumplidos los 35 años es «enorme». En este punto, precisa que hay varias casuísticas. Por una parte están las féminas que tienen pareja estable, pero que no logran quedarse embazadas. «Algunas parejas llegan a obsesionarse: recurren a aplicaciones para saber cuál es el momento más oportuno para tener relaciones sexuales. Ya no las tienen para disfrutar, sino para procrear. Esto es muy peligroso, ya que si los dos miembros no tienen el mismo grado de motivación para ser padres, la pareja puede verse tan afectada como para terminar en ruptura».

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Por lo general, las mujeres suelen tener más ansiedad, ya que su edad fértil tiene fecha de caducidad, mientras que los hombres pueden ser padres prácticamente durante toda la vida. La citada psicóloga expone que tiene más presión una mujer de 35 años que quiere ser madre y no puede, que una de 45 años divorciada y con hijos.

Por otro lado, Serra explica que están las mujeres que a los 35 años no tienen una pareja estable, pero tienen muy claro que quieren tener descendencia. Serra señala que en algunos casos se obsesionan por encontrar a un hombre con el que poder concebir un hijo; algunas de ellas se conforman con cualquiera, aunque no cubra sus expectativas y la relación sea poco satisfactoria. «A veces se resignan a estar con una pareja que no quieren porque su única finalidad es encontrar un padre», resume.

Mujeres que no quieren ser madres

La psicóloga añade que también hay mujeres que no quieren ser madres porque dan prioridad a su libertad y al desarrollo de su carrera profesional. Esto hace 40 años no sucedía porque uno de los objetivos vitales de las féminas era casarse a los 20 años, aproximadamente, para ser madres jóvenes. Además, solían tener más de un hijo y se dedicaban a cuidarlos, puesto que no estaban tan incorporadas al mercado laboral. Sin embargo, ahora cada vez es más habitual que haya mujeres sin descendencia.