Nacida en Buenos Aires, Marcela es hija del pintor Cándido Ballester. | Teresa Ayuga

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Aunque corre sangre mallorquina por sus venas, Marcela Ballester es más argentina que el mate. Hija del pintor Cándido Ballester, vivió a caballo entre Buenos Aires y Palma hasta 1999, cuando se estableció definitivamente en la Isla. Tiene una mirada felina y desprende una energía única. A diferencia de otros astrólogos, con un lenguaje que se pierde en el mar de la ambigüedad, Marcela se comunica con claridad, nada en su discurso invita a alzar la ceja. Dedicó varios años a interpretar los planetas, para establecer una pauta entre su posición y nuestro carácter, nuestro azar. Como Guillermo Tell, asegura que sus predicciones dan en la diana.

La astrología vive un repunte gracias a las redes sociales... ¿hay mucha gente interesada en su porvenir?
— Como bien dice, la astrología está de moda por las redes sociales, incluso hay astrólogos con canales. Aunque muchos hablan de planetas sin conocimiento.

¿El astrólogo nace o se hace?
— Existen configuraciones planetarias en el nacimiento de algunas personas que posibilitan que se interese por la astrología, podemos decir que hay una predisposición, pero esto es vocacional.

¿Cuándo descubrió ese don, sexto sentido o llamémosle X?
— Fue cuando vivía en Argentina, en una feria esotérica. Un astrólogo uruguayo me hizo la carta astral, que yo no sabía de qué trataba, y quedé tan impactada que empecé a estudiar con él y ya no paré más.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en la astrología?
— Mientras estudiaba le hacía la carta astral a mis conocidos. Luego, una vez estuve formada, comencé a dedicarme en plan profesional. Para cuando vine a Mallorca ya llevaba seis años ejerciendo, ahora acumulo treinta años de profesión.

¿Cree que el intrusismo y la mala praxis han puesto en el punto de mira a su profesión?
— Siempre habrá alguien que cree que por haber leído un libro es astrólogo. Pero a mí nunca me ha afectado ni preocupado.

Siempre pensé que la astrología no es demasiado específica, se desenvuelve en un plano muy genérico…
— Bueno, hay inputs que son poco específicos, pero otra cosa es cuando a la persona se le hace la carta astral, ahí se encuentran muchos matices, es muy certera y específica.

‘Los Géminis son pasionales; Tauro tenaces’... ¿no nos etiqueta demasiado la Astrología?
— Hay una esencia en cada signo del zodiaco con la que todos nos identificamos, eso está claro, pero luego vienen los matices que aportan los planetas, el ascendente, la luna… Por cierto, ¿no me pregunta por las guerras?

¿Cuándo acabarán?
— Pienso que entre enero y la primavera terminará la de Ucrania; la de Gaza podría durar algunos meses más, está siendo un genocidio, no es una guerra de soldados contra soldados, sino de soldados contra el pueblo.

¿Cómo realiza la carta astral?
— Primero pido fecha, lugar y hora de nacimiento; luego hago un mapa de cómo estaban los planetas a la hora de su nacimiento, y finalmente lo interpreto. Hacer el mapa es rápido, y darle la predicción dura como mínimo una hora.

¿Cada astrólogo interpreta la carta a su manera?
— La pauta planetaria es la misma, pero cada uno le da su matiz.

¿Qué grado de acierto tienen sus predicciones?
— Bueno, muchos clientes me paran por la calle para decirme ‘acertaste’.

¿Cuál es el perfil de su clientela?
— El ochenta por ciento mujeres de distintas nacionalidades, de 25 años a sesenta y pico.

¿Existe forma de revertir el destino que arroja la carta astral?
— A ver, cada persona tiene su esencia, que va a conservar de por vida, es como su ADN, pero se puede transformar y mejorar un poco.

¿El año 2024 será bueno, astrológicamente hablando?
— Estamos acabando la era de Piscis, que empezó con el nacimiento de Cristo, y comenzando la era de Acuario. Es una zona de muerte y renacimiento, un período de gran transformación, de terminar un ciclo y empezar uno nuevo. Este será un año caótico de cambios bastante radicales, no será un año tranquilo.

¿Hay algunos horóscopos que tendrán los astros más a su favor que otros?
— Los signos de aire van a tener una revolución... para Géminis, Acuario y Libra será un año de transformación y altibajos, pero en general será un año positivo. Los signos de Tierra –Tauro, Virgo y Capricornio–, hasta la primavera lo tendrán fácil para materializar aquello que hayan comenzado. Los signos de agua –Cáncer, Escorpio y Piscis– tendrán un año de empatía emocional, de compasión, sensibilidad y de ayudar a los otros. Finalmente, los signos de fuego –Aries, Leo y Sagitario– van a tener la energía suficiente para concretar sus objetivos.