José Maria Camps, administrador del grupo Norbus, y Miquel Coll, gerente de la empresa.

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Si el tránsito hacia las emisiones cero pasa por la movilidad eléctrica en un camino sin retorno al que todos los ciudadanos estamos llamados a convergir, uno de los principales actores en abrazar esta transformación sean seguramente las empresas de transporte. Este mismo verano el grupo Norbus ha incorporado en fase de pruebas tres vehículos cien por cien eléctricos para transporte discrecional de pasajeros con los que está experimentando si Menorca está preparada para asumir este nuevo paradigma de la electromovilidad pensada a gran escala. No en vano, Norbus es de una de las empresas más grandes de transporte discrecional de pasajeros de la isla y cuenta con una flota de más de 80 vehículos entre autobuses, minibuses y vans que comercialmente funciona bajo la marca Central de Autocares, además de la venta online de servicios de transporte en España y Portugal. El grupo con sedes en Maó y Ciutadella emplea a 120 personas y su facturación en 2019 fue de seis millones de euros, esperando volver a recuperar esta cifra de negocio pero con el impacto de la subida de carburantes como freno a sus expectativas tras dos años con los vehículos en el garaje.

ORIGEN. El grupo Norbus inició su singladura en 2001 tras la fusión de dos negocios de larga tradición en el transporte de pasajeros como Autocares Norte, fundada en 1977 por la familia Camps Rosselló, y Menorca Bus, que había iniciado su actividad en 1990 de la mano de Damià Coll. En la actualidad conforman un conjunto de cuatro empresas para la gestión integral de transporte de pasajeros que son el fruto de la experiencia acumulada de haber sabido sortear y sobrevivir a las distintas crisis y turbulencias que han azotado al sector turístico como los cambios ocurridas en la turoperación, uno de sus grandes clientes. La mayoría de empresas de transporte discrecional de pasajeros siempre habían operado a través de agencias de viajes, que eran quienes servían de interlocutor con los clientes de los paquetes turísticos de los turoperadores. La irrupción de internet propició un cambio en esta relación que ha ido evolucionando hacia nuevas oportunidades de negocio.

«La venta online nos ha permitido gestionar servicios de transporte de forma independiente y habernos convertido en un proveedor de transporte directo», detalla Miquel Coll, gerente de la empresa. El grupo mantiene la actividad durante todo el año aunque los meses más productivos y de mayor tráfico son de marzo hasta mediados de noviembre, conectando el aeropuerto con todas las zonas turísticas de Menorca. Disponen de una sede en la calle Bajolí del polígono industrial de Maó donde están las oficinas centrales y un gran garaje para mantenimiento y guarda de vehículos además de una segunda nave de 3.000 metros cuadrados en Ciutadella adquirida en 2017 como segundo garaje logístico. En temporada alta también tienen oficina abierta en el aeropuerto de Menorca y es que, en conjunto, el grupo Norbus mueve aproximadamente más de un millón de pasajeros al año.

EVOLUCIÓN. El viaje de Norbus ha ido transitando principalmente desde el transporte para viajeros que llegan al aeropuerto con un paquete turístico o al puerto en un crucero, los grupos escolares, los viajeros del Imserso o los eventos privados como reuniones, celebraciones o bodas, en un ejercicio de equilibrio logístico y financiero en la optimización de flotas y el respeto de horas conducidas por sus chófer. En 2011 tejieron una alianza estratégica con Torres Allès de Ciutadella, una sólida empresa familiar con 20 vehículos para poder sumar sinergias, creando una comunidad de bienes para más adelante constituir la sociedad Central de Autocares con la que poder unificar marca y servicios administrativos, recursos humanos, logísticos, de tráfico y facturación. En 2018 adquirieron Autocares Vidal, una empresa familiar reconocida y consolidada nacida en es Migjorn que operaba en toda la isla y que pasó a integrarse en la órbita de Central de Autocares.
Desde el grupo se ha hecho siempre un esfuerzo de renovación de vehículos tal y como explica su administrador, José María Camps, manteniendo una de las flotas más modernas de la isla con una edad media de autobuses no superior a los seis años. «Otro de los pilares ha sido la formación de nuestro personal, al que hemos dedicado todos los recursos posibles en una voluntad de mejorar sus competencias», añade Camps.

NUEVOS RETOS. En el reto por convertirse en un gestor integral de servicios de transporte, el grupo Norbus siempre ha sido un operador inquieto y despierto a las demandas del mercado. En 2005 crearon la empresa Berlinas Menorca, de la que solo participan accionarialmente, pero pensada para la demanda de vehículos de alta gama con conductor. Cinco años más tarde nacía también Menorca Transfers que acabó derivando primero hacia Shuttle Menorca, Shuttle Mallorca y finalmente Shuttle Spain para proveer servicios de transporte fuera de la isla en las que intermedian entre las necesidades de viaje de un cliente y los proveedores de transporte de la zona. «El próximo paso son las VTC (vehículo turismo conductor) para servicios privados exclusivos con vehículos ligeros, una demanda creciente en Menorca», explica José María Camps.

«Este año hemos adquirido tres vehículos eléctricos Mercedes-Benz de última generación que tenemos en fase de pruebas para comprobar la realidad de la electromovilidad en la isla. A diferencia de un servicio de transporte regular, nosotros no sabemos nunca cuándo salimos y cuándo llegaremos y por ello es importante conocer la autonomía eléctrica y la respuesta de los puntos de carga», detalla.
La complejidad en el sector del transporte de pasajeros, especialmente el discrecional, pasa siempre por el volumen en las operaciones y la optimización de las plazas disponibles.

«Venimos de dos años muy duros con toda la flota parada por la pandemia. Este año está siendo muy intenso. Iniciamos 2022 con 25 conductores menos por bajas, jubilaciones y cambios de sector pero hicimos los deberes, aventurándonos a contratar nuevo personal sin saber como sería realmente la temporada. Por suerte, la actividad ha vuelto con mucha fuerza. El mes de mayo fue bueno, junio también, pero el impacto de la subida de los carburantes nos está comiendo los márgenes ya que la partida de combustibles en una empresa como la nuestra es muy importante», explica Miquel Coll. «Trabajaremos mucho, esperemos que haya valido la pena», concluye Camps.