amarres. El concurso del Club Marítimo de Mahón, origen del caso - Archivo

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El expresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de España (CEOE) y propietario del conglomerado de empresas Trapsayates, Gerardo Díaz Ferrán, se ha desvinculado del presunto amaño del concurso para la explotación de amarres en el Port de Maó, convocado por la Autoridad Portuaria de Balears (APB), al asegurar ante el juez instructor del caso Mar Blau que no intervino "para nada" en las negociaciones que se habrían llevado a cabo al margen del proceso y que tampoco sabe "nada de él".

Así lo puso de manifiesto durante la declaración que prestó en calidad de imputado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 8, Antoni Rotger, en la que ha sido interrogado acerca del contrato por el que el Club Marítimo de Mahón debía ceder de forma presuntamente irregular a Teinver -perteneciente a Trapsa- 13.500 euros y tres amarres valorados en 4,5 millones de euros, a cambio de que esta empresa se retirase del concurso. "No conocía el valor económico del contrato", aseveró el empresario.

Sí apuntó, sin embargo, al entonces consejero delegado del grupo, Juan Manuel Domínguez -también imputado en esta causa- como la persona que elaboró el contrato y "era quien tomaba las decisiones". Díaz Ferrán manifestó además que por aquella época -el contrato fue rubricado en octubre de 2005- estaba "muy desvinculado" de estas empresas. De hecho, en Teinver aseguró que "directamente" no tenía ninguna participación. Así, tildó de "falso" que fuese conocedor de estas presuntas irregularidades y de que la idea de ceder tres amarres partiese de él mismo. Según las investigaciones, mediante este contrato se alcanzaba un acuerdo con el Club Marítimo para que éste, pese a haber quedado segundo en el concurso de amarres, resultase ganador al margen del dictamen de la mesa de contratación y del proceso de adjudicación. Pero para ello, Trapsa debía renunciar a la adjudicación a cambio de recibir tres amarres de tres metros de eslora y 13.526 euros más IVA, lo que quedaba establecido en la cláusula tercera del contrato.

En su declaración, que se prolongó durante cerca de dos horas, el exresponsable de la patronal española recordó que lo que Domínguez le comentó fue que estaba recibiendo sugerencias por parte de la APB para que se apartasen del concurso, a lo que le contestó que no se iban a retirar "nunca, como nunca nos hemos retirado de un concurso de ningún tipo de concesión". Es más, según ha relatado, le aseveró que si no se les adjudicaba impugnarían la convocatoria. "Cualquier contrato con el Club Náutico me parecían bien si estaba dentro de la legalidad", ha espetado.

Sin embargo, al ser preguntado por las "sugerencias" de la APB, endureció su relato al manifestar que había una "presión" por parte del Club Marítimo de Mahón para que resultase adjudicatario, si bien precisó que "esa sugerencia para retirarse no era a cambio de nada", considerando que "no habría sido normal que nos ofrecieran algo a cambio". No obstante, al ser inquirido por el fiscal Pedro Horrach, señaló que el contrato "no era para renunciar, sino para prestar servicios".