reunión. Los representantes de la plataforma, departiendo con la directora general - Gemma Andreu

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"Yo no puedo bajar las tarifas, lo que puedo hacer, y es lo que he hecho desde 2007, es pedir a Madrid que declare estas líneas como servicio público, que es la única manera que permite, a nivel de normativa europea, fijar un precio máximo, unas frecuencias y unos horarios", aseguró ayer la directora general de Transporte Aéreo y Marítimo del Govern, Joana Amengual, en relación a la mejora de las comunicaciones aéreas entre Menorca y la Península. Amengual realizó estas declaraciones tras la reunión celebrada ayer, en la sede del Consell insular, con miembros de la plataforma 'El transport aeri ofega Menorca'.

Un encuentro en el que no hubo novedades, como reconoció tanto la directora general como el portavoz del movimiento ciudadano, Anton Soler, y que sirvió para constatar una vez más, según señalaron ambos, la discriminación que padecen los ciudadanos baleares en materia de movilidad.

Amengual recogió las quejas de la plataforma y explicó a sus miembros cómo han resuelto otros territorios insulares de la Unión Europea el problema del transporte aéreo. "Hemos de tener muy claro que nos movemos en un entorno de libre competencia y la única manera que tienes de regular precios, horarios y frecuencias es que una línea se declare servicio público. Eso está totalmente permitido por la UE, de hecho se hace en todos los lugares de Europa, y nos hemos de preguntar quién está equivocado, toda Europa o nosotros, yo tengo bastante claro que esto es factible", manifestó.

Sin embargo, la declaración de los vuelos entre islas como Obligación de Servicio Público (OSP) tampoco resulta satisfactoria en cuanto a los precios que se están cobrando. Las tarifas máximas para volar a Palma y a Eivissa son 109 euros y 149 euros respectivamente (en viajes de ida y vuelta en el día y con el descuento de residente). Las tarifas minis se suprimen para viajes de un día, las reducidas (120 euros Eivissa y 88 euros Palma) son difíciles de encontrar, según señalaron ayer desde una agencia de viajes, y los billetes más baratos (65 euros Eivissa y 59 euros Palma) solo se consiguen si se pasan al menos dos noches en el destino. Reservar con poca antelación es, por lo tanto, sinónimo de pagar el tope del billete.

Este problema también fue planteado por la plataforma a la directora general. "Hemos manifestado nuestra indignación, nuestro desánimo, ya que pese a ser una obligación de servicio público, sigue con unos precios excesivos, evidentemente algo se debe cambiar", apuntó Anton Soler. Por su parte, Joana Amengual insistió en que, para fijar una tarifa social más barata "alguien debe pagar esta diferencia, hemos pedido que lo haga Fomento, igual que asume las vías del tren y del AVE, porque pagamos impuestos igual que los demás", remachó.