La ley agraria incluye una planificación contra los incendios forestales que implica proteger las áreas urbanas insertas en zonas boscosas.

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Los propietarios de viviendas unifamiliares en zonas boscosas deberán crear una franja cortafuegos de 30 metros de anchura en el perímetro de sus domicilios, según dispone la Ley Agraria aprobada recientemente por el Parlament balear. Se trata de una medida dirigida a la prevención de incendios forestales que eviten la propagación del fuego, establezca áreas de seguridad y facilite las labores de protección y de control de los posibles incendios.

La ley ya en vigor especifica que esta franja exterior perimetral no podrá tener acumulaciones de combustible vegetal, tendrán que ser objeto de «desbroce selectivo con claros y podas de la masa arbórea que permitan romper la continuidad vertical y horizontal de la vegetación».

Los propietarios de estas viviendas deberán mantener además limpia de vegetación una franja de diez metros de anchura mínima en los viales de acceso a sus casas. Será el Govern quien, a través de un reglamento, determine las características básicas de estas franjas de protección.

Las medidas de autoprotección afectan a las urbanizaciones que colinden con áreas boscosas, a las viviendas unifamiliares en zonas forestales, pero también a todo tipo de instalaciones o edificaciones en terrenos de esta naturaleza.

Las actuaciones concretas que se plantean a través de la ley son podas en el arbolado, eliminación de matorral masivo y establecimiento de claros boscosos para que queden lo suficientemente dispersos como para garantizar que no contribuyen a la propagación del fuego ni a su consolidación ni intensificación, como señalan fuentes de la Conselleria de Medi Ambient.

El Govern no dispone de un cálculo de cuántas viviendas se verán afectadas por la medida, pero sí ha realizado una estimación del número de metros lineales que deberán desbrozarse.

En Mallorca, se calcula que habrá 2.485 kilómetros de cortafuego, en Eivissa deberán despejarse 1.021 kilómetros, 543,4 más en Eivissa y otros 220 en Formentera, lo que da un total de 4.270 kilómetros de perímetro en toda Balears.

Desde la Conselleria de Medi Ambient se insiste en que el objetivo de estas medidas es reducir el riesgo para las personas en los entornos que la ley llama «interfaz urbanoforestal», que son las zonas donde hay confluencia de bosque y áreas habitadas.

Fuentes de la Conselleria aseguran que uno de los principios básicos de la gestión de incendios forestales es priorizar las seguridad de las personas, así como la protección de sus bienes. Añaden que los tratamientos encaminados a la reducción de material que actúe como combustible consiste en actuar sobre la zona boscosa para eliminar la continuidad horizontal y vertical de los elementos que contribuyan a alimentar el fuego en esas áreas donde hay contacto entre el bosque y la zona urbanizada.

La Ley Agraria establece también medidas para la restauración de zonas forestales afectadas por desastres naturales. El Govern podrá actuar en zonas afectadas ya sea por cuestiones de seguridad, por la dimensión de las áreas afectadas o porque existe un riesgo grave de erosión o de daño a los valores naturales de la zona. La administración podrá actuar de oficio en estos casos si, pedírselo a los propietarios de los terrenos, no hay una respuesta por parte de los afectados.