El conseller Negueruela y el director general de Model Econòmic, Llorenç Pau, ayer en la sala de prensa desierta.

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Con el peor escenario económico que estima el Govern, el impacto del virus la economía balear supondría un retroceso del 36,9 % del PIB. Sin una intervención potente de los poderes públicos la crisis que se avecina no tendría casi precedentes. Según las estimaciones presentadas ayer por el conseller de Modelo Económico, Iago Negueruela, la caída se movería entre el 26 y el 36,9 por el impacto en el consumo, en la inversión de las empresas y, sobre todo, en el turismo: «Es importante anticipar la situación en la que entraremos para prever las mejores soluciones e intentar que no se cumplan las previsiones que damos hoy», señaló. El único freno a ese escenario, según apuntó, es la intervención tanto del ejecutivo central como de la Unión Europea: «El turismo es nuestro principal motor y está parado, pero ha ayudado al Estado en momentos de grave dificultad y tiene ahora que recuperar el apoyo que dió para superar la anterior crisis», insistió.

Dentro de esas horquillas, el modelo intermedio por el que se inclina el Govern plantea que habrá un arranque «muy moderado» de la temporada turística en agosto y que, a partir de ahí, se consiga alcanzar un 25 por ciento de los ingresos turísticos que hubo en 2019. «No depende sólo de nosotros sino de como estén los mercados emisores», señaló. Con esa premisa, el descalabro supondría una pérdida de 9.260 millones de euros además de la destrucción de 147.700 puestos de trabajo. Negueruela incidió en otras dos ideas: esta crisis tiene como origen un factor externo ajeno a la propia estructura económica de las Islas pero afecta de forma especial a economías basadas en los servicios y en el turismo.

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De ahí la reclamación de un plan de choque específico para el sector que, entre otras medidas contemple que se puedan prolongar los ERTE y que se garantice que las empresas tengan liquidez suficiente para poder aguantar el impacto.

Sobre el efecto de las políticas públicas a la hora de aminorar el impacto puso como ejemplo los expedientes de regulación temporal de empleo. La Consellería ha recibido hasta ahora 18.000 expedientes diferentes que afectan a 158.000 trabajadores. Eso, según sus cálculos, supone una inyección a las rentas de los trabajadores equivalente al dos por ciento de la economía balear y permite paliar además el descenso del consumo que se prevé. El conseller también reflejó que hasta ahora se han tramitado una cuarta parte de estos expedientes y que se intenta agilizar su gestión para permitir que los trabajadores afectados cuenten cuanto antes con esos ingresos.

El director general de Model Econòmic, Llorenç Pou, apuntó que Balears es una de las primeras autonomías que realizan estas simulaciones: «Están sujetas a una serie de hipótesis que aún se tienen que concretar y son valores que nos indican lo que podría suceder pro todos los gobiernos están tomando medidas sin precedentes y entendemos que no serán las caídas que se terminarán produciendo».