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Después de meses de estudio, los expertos ya van perfilando un retrato robot de los enfermos de la COVID-19: Edad, sobrepeso, sexo, hipertensión, diabetes o problemas respiratorios previos son factores de riesgo. Y también los hay socioeconómicos: aquellos contagiados de nivel bajo-medio que no han podido dejar el trabajo presencial o que no tenían donde dejar a los hijos luego requerían más ingresos hospitalarios. Aunque nadie está exento del contagio, sí que hay determinados perfiles que se repiten en los casos más graves.

Tal y como señala el doctor Sión Riera, jefe de sección de enfermedades infecciosas de Son Espases, «los pacientes que se contagian por coronavirus entre un 30 y un 50% probablemente no presentan ningún síntoma. Por otro lado, entre un 30 y un 40 por ciento presentan síntomas leves y finalmente un 20 por ciento tienen síntomas más graves y requieren hospitalización. De estos pacientes con síntomas más graves, casi un 25 por ciento tendrán que ingresar en la UCI», dice Riera.

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La edad media de estos ingresos es de 60-65 años y «el 50 por ciento de estos pacientes tienen alguna enfermedad de base», explica el doctor Riera, que admite que «tenemos bastante información pero hay cosas que no sabemos al 100 por cien». Entre los detalles que ya se conocen está que «los asintomáticos suelen ser los más jóvenes, aunque no se sabe si hay factores inmunológicos o genéticos que los proteja. En el hombre hay mayor prevalencia y ser mujer protegería un poco».

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También hay factores socio-económicos que han favorecido el contagio. Así lo establecen los primeros resultados de un estudio que ha llevado a cabo el doctor Albert Pou, del hospital de Son Espases, junto a Josep Muncunill y Antonio Colom de la Fundació Institut d’Investigació Sanitària Illes Balears (IdisBa) y Aroa Villoslada, del hospital Son Llàtzer.

A falta de los resultados definitivos, y después de estudiar 22.835 PCR practicadas en Mallorca, el estudio advierte que «los pacientes infectados por la COVID-19 provenientes de áreas con menor nivel socioeconómico requirieron en más ocasiones ingreso hospitalario.

Aunque no podemos afirmar que fallecieran más o ingresaran más en UCI, se aprecia una tendencia en este sentido, pero no estadísticamente significativa». El doctor Albert Pou insiste en que «no se infectaron más las personas de un nivel socioeconómico u otro (al menos los casos confirmados). Sin embargo, estamos investigando la hipótesis de que la epidemia comenzase en clases de más alto nivel económico, con viajes y relaciones internacionales más frecuentes, y luego se expandió en áreas con más privación económica».

Más test PCR

El estudio advierte que se logró un mayor número de test PCR en las clases de nivel socioeconómico más alto. «Se confirma que aquellos con hijos a su cargo con dificultades para dejarlos al cuidado de otra persona o los que tenían problemas para dejar el trabajo llegaban más tarde a la sanidad», dice Pou, en cuyo estudio se ha tomado en cuenta las áreas censales. También destaca que «el hecho de un menor uso del transporte público en la Isla ha favorecido que no haya más contagios».