Fumar en la calle estaba prohibido desde finales de agosto.

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Tres meses después de que el Govern prohibiera fumar en todos los espacios públicos de las Islas, el Ejecutivo flexibiliza esta medida y permitirá fumar en la calle siempre que se puedan respetar los dos metros de distancia que recomiendan las autoridades sanitarias.
No se podrá fumar en todos los espacios públicos al aire libre ya que seguirá estando prohibido en las terrazas de bares y restaurantes y tampoco se podrá ir fumando mientras se camina por la calle porque no está garantizado que se respete la distancia.

Fumadores escondidos

Lo que se evita con esta medida es que los fumadores se escondan en rincones alejados de los bares para evitar ser multados. Ahora se podrá salir a la calle a fumar y los fumadores podrán levantarse de las terrazas para fumar a cierta distancia sin riesgo a ser penalizados.

Esta flexibilización en las medidas antitabaco se compensa con más restricciones en los interiores, porque desde el sábado será obligatorio el uso de mascarilla en todos los centros de trabajo cerrado, haya o no mamparas. Deberá usarse siempre, incluso aunque se respeten las distancias recomendadas, ante la evidencia de que la enfermedad se contagia por aerosoles, lo que hace que en ocasiones ni siquiera las mamparas aislantes protejan en su totalidad de contraer el virus en los puestos de trabajo.

La decisión de permitir fumar en la calle guardando las distancias se toma por el descenso en el número de contagios en las Islas, pero no es irreversible. En caso de que los datos epidemiológicos vayan de nuevo al alza, el Govern dará marcha atrás en esta flexibilización.

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La decisión de prohibir el tabaco se tomó a finales del pasado mes de agosto ante el incesante aumento de casos. Baleares y Galicia son las dos únicas autonomías en las que se ha tomada una decisión tan drástica ya que en el resto se prohibió fumar en las terrazas de los bares y restaurantes, pero no en el resto de espacios públicos.

Tres meses después

Durante estos tres meses de efectividad de la norma, en la práctica solo se podía fumar en los domicilios, pero su cumplimiento ha sido irregular. Se ha pasado del estricto cumplimiento a una estricta relajación, de forma que en las últimas semanas era habitual ver a fumadores con el cigarrillo encendido en la mano en plena vía pública, algo que en teoría estaba prohibido.

La prohibición de fumar en la calle estaba sancionada con 100 euros de multa, pero han sido pocas las sanciones que se han puesto ante las dificultades materiales de las policías locales para hacer cumplir esta orden. La presidenta Francina Armengol había pedido a los alcaldes que fueran beligerantes en el cumplimiento de la norma.

La norma estaba pensada para que los ciudadanos llevaran en todo momento la mascarilla, pero el sector de la restauración se mostró desde el principio en contra de estas medidas limitativas. En cualquier caso, pese a la petición del sector, el tabaco seguirá estando prohibido en las terrazas de los establecimientos de hostelería.