Imagen de archivo del puerto deportivo de Porto Cristo, en el municipio de Manacor.

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Los puertos de Andratx y Porto Cristo, en Mallorca, y Sant Antoni de Portmany, en Eivissa, serán los más afectados en términos de inversión económica por los efectos del cambio climático dentro de 25 años.

Ésta es una de la principales conclusiones del estudio sobre la adaptación al cambio climático de los puertos de Baleares, realizado por el Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universitat Politécnica de Cataluña por encargo de Ports IB.

El mismo ha sido presentado este viernes por el conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí, quien ha estado acompañado por el director general de Transporte Aéreo y Marítimo, Xavier Ramis, la gerente de Puertos IB, Cristina Barahona, y uno de lo autores del estudio, Agustín Sánchez-Arcilla. El estudio está ligado a la elaboración del Plan General de Puertos.

Según ha detallado el investigador Sánchez-Arcilla, los tres puertos se podrán ver afectados en 2045 si no se realiza la inversión económica necesaria para arreglar la estabilidad de los diques.

En definitiva, ha asegurado que el cambio «cuesta mucho dinero» y se tendría que ver «qué se podría hacer con los diques para que no hubiese problemas». Cabe recordar que este escenario se daría en 2045 en un escenario pesimista en el que el nivel del mar podría subir hasta 25 centímetros.

Según el conseller, este estudio demuestra «el interés» del Govern con un plan general de Puertos «basado en la evolución del cambio climático y su afectación en el litoral en dos escenarios, 2045 y 2100». «Es un estudio magnífico», ha considerado Marí.

Así, el informe evalúa los factores de riesgo asociados al cambio climático a medio y largo plazo que podrían afectar a los puertos de Baleares y propone medidas generales de adaptación para evitar los efectos.

El mismo se basa en el análisis de cinco riesgos principales a afrontar: la operatividad los muelles y pantalanes, el rebasamiento de los diques portuarios por el oleaje, la estabilidad estructural de los diques portuarios, la agitación dentro de la zona portuaria y la pérdida de calado de los puertos.

En resumen, el estudio concluye que los puertos de Baleares están preparados para afrontar los efectos del cambio climático en 2045 en el escenario más optimista, que implicaría una subida del nivel del mar de casi 20 centímetros.

Sin embargo, avanza que es importante prevenir acciones de adaptación para 2100 en ambos escenarios por el aumento del mar, que en el peor de los escenarios conllevaría una subida del nivel del mar de casi un metro.

Según el estudio, el rebasamiento de los diques portuarios por el oleaje es el segundo riesgo más importante para los puertos gestionados por Ports IB ya que los hace vulnerables a los temporales y puede derivar en problemas de agitación interior que afectan a las instalaciones portuarias.

En cuanto a la estabilidad de las infraestructuras portuarias, se trata de un riesgo que depende especialmente del oleaje, así como del aumento del nivel del mar, que puede favorecer la llegada de olas más altas. El nivel de riesgo es similar en todos los escenarios y a corto plazo, entre el 76% y el 82% de los puertos tienen el riesgo bajo, muy bajo o nulo.

De este análisis, la conclusión principal es que el aumento del nivel del mar puede ser el «mayor riesgo» para los puertos de Baleares, ya que puede afectar a la inoperancia de muelles y pantanales, así como al rebasamiento de los diques portuarios.

Aunque los riesgos son reales, la gerente de Puertos IB, Cristina Barahona, ha concretado que ya existen medios técnicos para llevar a cabo las medidas de adaptación necesarias para enfrentar estos problemas.

De hecho, en paralelo al desarrollo de este estudio, Ports IB, junto con los científicos de la UPC, avanza en la definición de las actuaciones que, en el contexto del Plan General, darán respuesta a las problemáticas derivadas del cambio climático.

Barahona ha insistido en que este estudio es algo previo, que dará lugar a un análisis más específico de cada puerto en base a sus peculiaridades y necesidades concretas. Todo será recogido en el próximo Plan General de Puertos, cuya vigencia una vez que sea aprobado se prevé hasta 2033.

Entra otras actuaciones se estudia la sustitución de pantalanes fijos por flotantes para evitar su inoperatividad, el recrecimiento de diques o la construcción de elementos como diques sumergidos para mejorar su estabilidad estructural y la construcción espigones o rampas de arena.