A principios del pasado mes de junio, el puerto de Palma volvió a acoger el Salón Náutico, que el pasado año no se pudo celebrar por la COVID-19. Sirvió para tomar el pulso al sector tras un año de parálisis en la actividad.

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El sector náutico balear ha repuntado con fuerza en el segundo verano de la COVID-19, que la patronal valora, en términos generales, de forma positiva. La demanda de embarcaciones se ha incrementado de forma considerable, especialmente las de menor tamaño. La gerente de Nova Náutica y vicepresidenta de la Associació d’Empreses Nàutiques de les Illes Balears (AENIB), Tina Campins, explicó que las barcas de cinco o seis metros, que pueden llevarse a remolque, han sido las más vendidas este año. «Son las más demandadas debido a la falta de amarres», detalló.

En el mismo sentido se pronunció el cofundador del club de navegación Fanautic y presidente de la asociación de clubes de navegación de España, Fernando Larunbe. «El problema más grande que tenemos en Balears sigue siendo el de la falta de amarres», reconoció, al tiempo que explicó que mientras que «ha aumentado exponencialmente el número de personas que quieren navegar, los puertos siguen limitados a un número de amarres que permanece inalterable».

La administradora de Azul Yachts, Isabel Flores, coincide en señalar el buen comportamiento de la venta de embarcaciones pequeñas y de segunda mano. «Lo hemos vendido prácticamente todo», reconoció, si bien detalló que su principal cliente es el que ya tenía una barca pequeña que la ha cambiado por otra un poco más amplia. Desde el sector náutico reconocen que la irrupción de la pandemia ha conllevado un interés creciente por el mar. Por una parte, porque permite estar al aire libre y evitar concentraciones de gente; y, por otra, por el aumento de titulaciones náuticas tras la pandemia. «El incremento fuerte en la demanda de titulaciones se produjo el año pasado, después del confinamiento», explicó el gerente de la Escuela del Mar, Carlos Petisco, quien añadió que cada vez hay gente más joven iniciándose en la náutica .

Uso compartido

La falta de amarres, la mayor afición por la náutica entre el conjunto de la población y la extensión de la mentalidad del uso compartido explican el auge de los clubes de navegación. «Tienen mucho futuro», admitió Larunbe. Este tipo de clubes ponen a disposición de los usuarios una flota de barcos que pueden utilizar a cambio de una suscripción periódica y sin tener que preocuparse del mantenimiento, el amarre o el seguro.

El sector náutico, desbordado ante la falta de ‘stocks’

El espectacular repunte de la demanda que experimenta el sector náutico choca con la escasez de ‘stocks’ debido a la falta de suministros tras la pandemia, señalan desde la patronal AENIB. Los empresarios reconocen que ha habido listas de espera para adquirir todo tipo de embarcaciones y algunos no han podio atender a toda la demanda por falta de suministros. Esta situación ha provocado un aumento de precios y ha sido el principal problema de la temporada.