Noemí Moral, con la última queja que ha presentado ante el Consejo General del Poder Judicial por el retraso en la resolución de la demanda.

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«Lo que más siento es que mi hijo no va a conocer a su padre». Noemí Moral estaba embarazada cuando el padre de su hijo fue asesinado a puñaladas por otra mujer. Era enero de 2019 y ella dio a luz a su hijo en marzo de ese mismo año. Desde entonces el niño esté en un limbo legal: no tiene padre declarado y no puede acceder a ningún tipo de pensión de orfandad o ayuda para víctimas de delitos. La demanda de filiación lleva tres años sin resolverse en un juzgado de Primera Instancia, en gran parte a la espera de obtener respuesta del Instituto de Toxicología de Barcelona que tiene que cotejar las muestras de ADN del niño con las que se guardan del padre.

El retraso ha llevado a Noemí a presentar dos quejas formales ante el Consejo General del Poder Judicial, la última esta semana y otra al Defensor del Pueblo. En su último escrito alega: «Llevo todos estos años sin ayudas económicas ni prestaciones de Seguridad social. A este paso la asesina cumplirá la condena y mi hijo no va a tener aún su filiación como debe. No tengo ayuda ni pensión de orfandad y la asesina come cada día en prisión».

La mujer, que reside en Inca, cuenta que la madre del fallecido está de acuerdo con la demanda de filiación que, formalmente se dirige en su contra. «Es la persona que más me ha apoyado y ejerce como abuela desde Eivissa». Noemí también denuncia que a la madre también «le han puesto mil trabas» para cualquier beneficio como víctima. «Eloy (el fallecido) la ayudaba a ella y a sus hermanas». De hecho, las familiares directas no han cobrado ninguna indemnización porque la condenada se declaró insolvente.

El juzgado requirió en septiembre del año 2021 al toxicológico para que llevara cabo el análisis de ADN, la única prueba que se llevará a cabo en el procedimiento. Desde entonces el caso está a la espera a pesar de varios escritos para intentar desbloquear la situación. «¿Qué iba a saber Eloy que se iba a morir? El quería tener a su hijo, le hacía muchísima ilusión. Ahora yo ya he aprendido a estar sola».

El apunte

Condena de doce años de cárcel por homicidio

La autora del crimen fue una joven de 18 años de edad. Abordó a la víctima en la puerta de su casa con una navaja en la mano en Eivissa, donde todos vivían. Le pinchó tres ruedas del vehículo y, cuando el hombre de 31 años le recriminó lo que hacía se entabló una discusión. Ella le apuñaló en varias ocasiones en el pecho. Fue condenada a doce años de prisión.