El perfil predominante de usuario de turismo rural es el de familia con niños. Entre los visitantes foráneos predominan los alemanes y entre los nacionales, madrileños y catalanes. | R.L.

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El turismo rural afianza el crecimiento mostrado tras la COVID y acabará el año batiendo récords. De hecho, el mes de octubre ya superó el número de viajeros y pernoctaciones de todo el año 2022, completando el mejor balance anual de toda su historia, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Solo hasta el mes de octubre, los establecimientos de turismo rural computaron 423.059 viajeros, cifra que supera el registro de 2022 de enero a diciembre, que fue de 390.984 viajeros, y también los totales de 2018 y 2019, que en ninguno de los dos casos llegó a los 335.000 viajeros.

En los primeros 10 meses de este año también se han superado el número total de pernoctaciones de 2002: 1.465.054 frente a 1.402.023. El buen comportamiento de esta modalidad se ha hecho más evidente conforme se llegaba a la temporada alta. En el tercer trimestre se registraron un total de 699.142 pernoctaciones frente a a las 664.200 del tercer trimestre del año pasado, casi un 17 % más que en el mismo periodo de 2019.

El presidente de la Asociación Balear de Agroturismos y Turismo de Interior (ABATI), Miquel Artigues, afirma que la temporada «ha sido buena y confirma que hemos superado los niveles de prepandemia». Artigues destaca el efecto desestacionalizador de este segmento: «El inicio de temporada suele ser flojo pero solemos tener clientes hasta mediados de noviembre. Si antes abrían en invierno el 2 % ó 3 % de establecimientos de turismo rural y de interior, ahora ya lo hace el 12 % o el 13 %».

«Somos los que más contribuimos a la desestacionalización», afirma la gerente de la Federació Balear d’Habitatges Turístics (FEHBATUR), Maria Gibert, que reivindica una mayor conectividad aérea en invierno para las islas: «El 70% de las viviendas turísticas cierra en invierno porque no llegan aviones con turistas. En invierno es más fácil abrir una casa que un hotel y para desestacionalizar necesitamos mejorar la conectividad durante todo el año».

El presidente de la Asociación Balear de Agroturismos y Turismo de Interior (ABATI), Miquel Artigues tiene previsto reunirse en los próximos días con el conseller de Turisme, Cultura i Esports, Jaume Bauzá, para trasladarle las demandas del sector, que pasan por una legislación que los diferencie de los hoteles y se adapte al origen de los agroturismos: «Mas allá de la finalidad turística, los agroturismos nacimos para ayudar a hacer viables las explotaciones agrarias y revitalizar la economía de los pueblos de interior. Deben tenerse en cuenta las inversiones que hacemos en ese sentido y dar facilidades para poder recuperarlas, además de, entre otras cosas, eliminar la clasificación por estrellas, porque un cliente de agroturismo no busca lo mismo que uno de hotel».