El antiguo jefe de servicio de Otorrinolaringología en Son Espases está imputado por un delito de homicidio imprudente por asumir una cirugía que tenía prevista otro doctor y por modificar el procedimiento que recomendaba un comité. | U. Urbieta / A. Ramón | PALMA

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El antiguo jefe del servicio de Otorrinolaringología de Son Espases defiende que su actuación profesional no tuvo nada que ver con el fallecimiento de un paciente. El doctor declaró ayer como imputado por un delito de homicidio imprudente y defendió su actuación a la hora de adelantar una cirugía al paciente.

La denuncia que inició el procedimiento penal se basa en lo que manifestó el médico que trataba al paciente y que sostiene que su superior asumió él la intervención y la adelantó sin su consentimiento para aplicar una técnica distinta a la que indicó un comité del hospital. Las acusaciones consideran que esa intervención aceleró el proceso oncológico del paciente y desembocó en su muerte, meses después de la cirugía.

El imputado negó esa tesis a la magistrada. Justificó que se ocupó del caso en persona en el contexto de la pandemia, la cirugía se llevó a cabo en marzo de 2020, cuando la sanidad estaba en «situación de guerra» y que adelantó la fecha ante la urgencia de la intervención. Según su versión era la octava intervención por la que pasaba el paciente por el cáncer que padecía y señaló que su estado ya era irreversible. Insistió en que era urgente llevar a cabo la operación y que, antes de proceder a la misma era imposible conocer de forma exacta el alcance del tumor del enfermo, por lo que defendió que empleó un procedimiento adecuado y que sirvió para prolongar unos meses la vida del paciente.

El antiguo responsable del servicio, defendido por el abogado Jaime Campaner, achacó la denuncia al enfrentamiento personal que mantiene con el médico que trataba al paciente que se ha plasmado en otro procedimiento en el que el investigado el es otro doctor. Afirma que es fruto de esa situación de enemistad por lo que su subordinado escribió una carta a la dirección de Son Espases en la que le acusaba de una mala praxis que había provocado la extensión del cáncer al fallecido. En la misiva se denunciaba que el jefe de servicio había asumido el paciente que no era suyo y que había llevado a cabo un procedimiento insuficiente para atajar el tumor que provocó que se extendiera de manera aún más agresiva, de manera que el paciente no tenía opción alguna para sobrevivir. El fallecido, Jaume Comas, ex alcalde de sa Pobla, tenía 61 años de edad.

El informe que remitió el forense a la magistrada abonaba las dudas en torno a la actuación del imputado. En su declaración, el investigado cuestionó que se pudiera achacar el resultado de muerte a su actuación profesional e incidió en que el estado del paciente era muy grave al arrastrar la enfermedad durante mucho tiempo y haber afrontado múltiples operaciones por este mismo motivo.