De izquierda a derecha, por parte de Vox, Sergio Rodríguez, Agustín Buades, Manuela Cañadas e Idoia Ribas, con el portavoz del PP, Sebastià Sagreras. | M. À. Cañellas - M.A. CAÑELLAS

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Los diputados de Vox, que no la dirección del partido en las Islas, creen que ha llegado el momento de dejar de presionar por el momento a Marga Prohens en materia de lengua para centrar su vigilancia en otros asuntos que también interesan a los ciudadanos de Balears. «No solo somos el partido de la lengua», señala uno de sus dirigentes. Los diputados dan una tregua a Marga Prohens y, sobre todo, al conseller d’Educació, Antoni Vera, para que diseñe el plan de elección de lengua en las aulas a partir del curso que viene.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta línea y la propia presidenta de la formación no comparte este criterio. Vox envió un comunicado la semana pasada, a instancias de la dirección de Madrid, en contra de las políticas lingüísticas de Prohens, pero la iniciativa la firmó solo la presidenta y no partió del grupo, algo que ha causado malestar entre los diputados y que ha vuelto a dividir al grupo parlamentario en dos, con Patricia de las Heras y Gabriel Le Senne enfrentados a los otros cinco parlamentarios.

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Es una muestra más de que se mantienen las discrepancias que se arrastran desde el principio de legislatura entre la dirección del partido y el Grup Parlamentari. La Oficina de Defensa de la Libertad Lingüística, cuya creación es una decisión que tomó la dirección de Madrid, también genera discrepancias. Parte de la formación en las Islas no apoya esta propuesta, a la que califican de «chiringuito», lo que explica que el asunto siga en un cajón del Parlament meses después de que se presentara un texto que ahora deberá corregirse porque no tenía sustento legal. Vox sigue sin activar por ahora la creación de este nuevo organismo y fuentes del grupo parlamentario señalan que por ahora no trabajan en las enmiendas al texto.

En esta línea, los diputados de Vox quieren esperar a conocer los detalles del plan y dejarán que sea el Govern quien lo diseñe. Dará un margen de maniobra a Vera para que explique cómo piensa poner en marcha este proyecto, pero avisa de que, cuando se inicie el proceso, estará vigilante para que el Govern de Marga Prohens no intente torpedear el plan desde dentro cuando deba ponerse en marcha.

Habrá vigilancia, por tanto, pero no acoso. La intención es contener la presión que han ejercido hasta ahora para centrarse en materias que también preocupan a los ciudadanos. Los diputados de Vox quieren negociar con el PP algunas de las medidas que se han incorporado al decreto urgente de vivienda y, sobre todo, fuentes de la formación consideran imprescindible que el Govern se ponga a trabajar en serio en el proceso de simplificación normativa y de procedimiento sobre el que ya está actuando el vicepresident, Antoni Costa.