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Los críticos de Vox –pretránsfugas o preoficialistas, ahora mismo no se sabe muy bien cuál es su situación– están a la espera de que los sumos sacerdotes de Vox digan si merecen ser sacrificados a los dioses o si finalmente consideran que debe haber cristiana clemencia. Todo apunta a que la habrá. Este viernes, Día de la Marmota, Los Cinco críticos pretránsfugas intentaron retrasar el reloj y volver a escuchar el despertador ese lunes 29 de enero, día en que, a las 10.10 de la mañana, comenzó la reunión que abrió la caja de Pandora, expresión útil ya que este artículo ha comenzado en plan tragedia griega.

Ese fue el momento Big Bang de una crisis que se quiere desactivar como sea en un Parlament convertido en el pintoresco pueblo de Punxsutawney. La política balear lleva una semana atrapada en el tiempo a la espera de que la marmota ‘Phil’ prediga la temperatura de esta próxima primavera y, ya de paso, quién será el president del Parlament balear. Puede que sea Gabriel Le Senne, puede que sea otro. Lo que puede predecir con casi total claridad es quién no lo será: Idoia Ribas.

Ese lunes al que ahora anhelan volver, Los Cinco de Vox calcularon mal. Pensaron que la expulsión de Gabriel Le Senne les daba la Presidència del Parlament de forma automática, pero no se dieron cuenta de que era un error grave que se podía haber evitado simplemente viendo qué pasó cuando Balti Picornell sustituyó a Xelo Huertas. No solo hubo un candidato; el PP presentó a Núria Riera y ahora tendrá la opción de volver a hacerlo y presentar a otro, siempre que finalmente haya relevo de Le Senne, una de las posibilidades que se maneja. Ese error de cálculo les llevó a intentar ejecutar un golpe seco que ha terminado siendo una sangría y puede acabar en verdadera carnicería si en esta crisis empiezan a intervenir cazadores, generales o hasta toreros.

¿Habría propuesto el PP un candidato alternativo si volvemos el reloj atrás, a ese 29 de enero? La respuesta de ese día es no. El PP estuvo quieto durante el primer día, a la espera de que sus socios se acuchillaran en ese duelo cara al sol, confiando en que los críticos de Vox auparan a Idoia Ribas como presidenta del Parlament con los cinco votos de su grupo y el voto en blanco de todos los demás. Qué fácil y qué limpio.

Para susto del PP, la cosa se empezó a ensuciar y algunos en la formación comenzaron a alertar de las consecuencias políticas que tendría para Marga Prohens tener que votar a una tránsfuga como presidenta del Parlament, una posición muy incómoda para la mayor parte de los diputados ‘populares’. Seis días después de ese lunes, el PP ya tiene claro que no aupará a un tránsfuga a la presidencia del PP y que solo votará al candidato que presente todo Vox o se votará a sí mismo.

Por el momento, Baleares seguirá atrapada en el tiempo unos días más, con Le Senne como president este martes, y ya veremos qué pasa el próximo, San Benigno para más señas, por si hay alguien del Opus en la sala.