El presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, durante el acto del Dia de les Illes Balears. | Teresa Ayuga

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El presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, ha pronunciado este 1 de marzo un discurso por el Día de Baleares en el que ha combinado el castellano y el catalán, haciendo también referencia a la «riqueza lingüística» de las Islas, que ha pedido «evitar» usar «como arma arrojadiza».

Así lo ha dicho durante el acto institucional celebrado este viernes en la sede del Parlament, donde ha reivindicado la protección y cultivo de esta riqueza lingüística y ha pedido «no convertir un tesoro en un castigo». «Situemos la libertad y el respeto en el centro de la cuestión», ha dicho durante su intervención, en este caso en catalán, el presidente de la cámara.

Le Senne ha iniciado su parlamento en castellano recordando al que fue presidente de la Cámara balear en segunda legislatura, Jeroni Albertí, fallecido el pasado 22 de febrero. «Fue una figura clave en la política de nuestro archipiélago. Hoy, en nombre de todos los diputados y trabajadores de esta casa, quiero aprovechar la ocasión para hacer llegar un afectuoso mensaje de recuerdo a todos sus familiares y allegados», ha manifestado.

Seguidamente, ha recordado que este 1 de marzo es un día para honrar el sistema democrático y recordar los valores en los que se basa, como son la «libertad, justicia, igualdad, solidaridad y la defensa de los derechos fundamentales». «Celebramos también todas las riquezas de nuestras islas, escenario por el que han transitado sucesivas civilizaciones que nos han dejado tradiciones y costumbres seculares, con un patrimonio cultural y social extraordinario e irrepetible», ha añadido.

También ha opinado que es un día para homenajear y celebrar las aportaciones de las generaciones precedentes y para que los políticos recuerden su deber «de defender estos principios en los que se fundamenta la democracia».

Durante su intervención en castellano, el presidente ha destacado los rasgos propios de las Islas, «uno de los territorios culturalmente más ricos de toda España», resaltando la reciente declaración de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial de la Unesco, que se une a las de Dalt Vila y Serra de Tramuntana, o el Cant de la Sibil·la como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

«Todo ello, sumado a una gastronomía que, junto a un clima envidiable, convierten a nuestro archipiélago en un paraíso en medio de este Mediterráneo nuestro tan querido», ha ensalzado Le Senne. Seguidamente, el presidente del Parlament ha pasado a hablar en catalán para referirse a la riqueza lingüística de las Islas, «que forma parte esencial del patrimonio y forma de ser de Baleares».

«Una riqueza que nos fortalece y que tenemos que proteger y cultivar, cada uno en la medida de sus posibilidades, pero siempre con honestidad y rectitud de intención. Evitemos usarla como arma arrojadiza contra los que no piensan o hablan como nosotros; no convirtamos un tesoro en un castigo», ha insistido.

En esta línea, se ha remontando al Anuario de la Juventud de Baleares 2023 para remarcar que el uso del catalán entre la población joven del archipiélago está «en fase de regresión, a pesar de las políticas lingüísticas llevadas a cabo durante las últimas décadas y a pesar de ser este segmento de la población el que presenta un conocimiento más elevado del idioma».

«Como se dice en castellano, se puede llevar el caballo al río, pero no obligarle a beber», ha insistido Le Senne. Por todo ello, ha pedido disfrutar de la «bendición que supone la presencia de esta riqueza» en el territorio balear. «Desterremos de una vez por todas el nocivo discurso de que el uso de la lengua implica el odio», ha sentenciado, para después continuar su discurso, de nuevo, en castellano, refiriéndose al seno de la familia y a la lengua materna, «donde precisamente se transmiten de manera más potente las tradiciones y el patrimonio histórico, cultura y hasta político».

En esta línea, ha advertido que España «está atravesando una crisis demográfica sin precedentes» con una caída de los nacimientos, y ha dicho estar sorprendido de que este tema «no esté sobre la mesa». «Nuestras islas han maquillado hasta la fecha este invierno demográfico debido al enorme número de personas llegadas de otras partes de España, primero, y del extranjero, últimamente. Bienvenidas sean todas las personas que llegan a nuestras Islas de manera legal y ordenada, que se integran y respetan nuestros valores básicos y normas de convivencia», ha dicho el presidente.

Con todo, ha advertido que Baleares «se está quedando sin niños a los que transmitir tradiciones, cultura y el talante propio» que caracteriza las Islas, al tiempo que ha avisado que esta «crisis demográfica» ha destapado otros problemas como los de la soledad no deseada y la «verdadera pandemia de ancianos desamparados».

Por todo ello, ha insistido en que «la protección de la familia requiere un cambio cultural profundo», a la vez que «unas condiciones económicas básicas para que ésta pueda desarrollarse», poniendo de ejemplo un trabajo estable y bien remunerado, o una vivienda digna.

A este respecto, Le Senne se ha detenido en la «importancia del turismo cultural», a la vez que se ha referido al problema de la vivienda, opinando que «la elevada demanda, junto con una oferta limitada, ha conducido a unos precios fuera del alcance de muchos». Sobre esto, bajo su «humilde opinión», ha creído que «es imposible dejar de construir y que la vivienda se abarate», pese a la «evidente necesidad de preservar el paisaje y conservar el medio ambiente».

Para finalizar, Le Senne ha hecho un guiño a su discurso de investidura, refiriéndose a la «gran responsabilidad de »debatir y tratar de dar solución a los problemas planteados«, y ha finalizado su recordando la »voluntad manifestada por los habitantes del archipiélago el 28 de mayo, cuyo resultado estuvo muy relacionado con la defensa de la libertad".

«Tengamos la valentía de ser libres; libres para estar orgullosos de nuestras Islas y de nuestro país; para conservar y transmitir nuestro patrimonio histórico, cultural, artístico, económico, político y natural; para comunicarnos en cualquiera de nuestras lenguas; para formar una familia, y para contribuir a la prosperidad económica de nuestras Islas, a la vez que las conservamos y, por qué no, mejoramos, para que nuestros hijos y nietos se encuentren con un legado aún mayor», ha concluido.