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Toda una lección de conceptos tan importantes como el esfuerzo, constancia o ilusión y en una noche emotiva, inolvidable tanto para los ponentes como para los cerca de 400 paisanos –y del resto de la Isla–, que se citaron en Sant Diego de Alaior para gozar de dos cracks en mayúsculas: los atletas locales Rafel Quintana y Dani Coll. Dos claros ejemplos de superación que expusieron ante su gente sus vivencias.

Quintana fue narrando su laborioso camino hasta llegar a tener un nombre. Entre bromas, recordó que cogió el gusto al correr «tras un castigo en el fútbol, y con Climent Pons empecé a entrenar a los 10 años. Ya con 12 fui al primer Nacional, llegando luego a Europa, Asia o África», empezó.

Continuó narrando las etapas de su vida deportiva, «unas muy buenas y otras no tanto. Con Maties Orfila aprendí honestidad y dedicación; con Àngel Vergara –y Juanjo Cerro– fui campeón de España, tercero de Europa y estuvo en el Mundial, en juveniles», recordó, resaltando que fue nombrado el juvenil más disciplinado de la Selección Española. Y gracias a estos resultados le llegó la beca de Madrid, de donde pasó a la Blume de Barcelona: «Me fui cargado de sueños e ilusiones pero no encontré un entorno adecuado y en Madrid caí lesionado. Luego en Barcelona acabé muy tocado», aseveró, regresando a la Isla para zarpar de cero. Aquí llegaría el quinto puesto nacional sub-23 en los 5.000m que le colocó en el CTIB de Palma.

«Aquí llevo seis años y he encontrado un entorno favorable, gracias sobre todo a mi técnico, Johni Ouriagli. Acabé la carrera de maestro y me he podido centrar más en correr, con retos como el Nacional de maratón u otros». Y agregó: «Cuanto antes te prepares para la siguiente etapa mejor. Debía seguir estudiando porque del atletismo es difícil vivir si no eres el mejor».

Prosiguió Quintana hablando orgulloso del nacimiento de Lô Esport, del que es presidente y que cuenta ya con seis secciones: «Me decepcionó ver que no había atletismo aquí y que los chavales no tenían la misma oportunidad que yo. Hablé con amigos y lo fundamos», detalló, destacando su himno, que fue cantado en directo. El último ganador de la Mitja Marató cerró su intervención asegurando que «sin esfuerzo no hay recompensa. Todo requiere de muchos sacrificios y con un buen equipo y entorno, añadidos a la ilusión, podemos conseguir grandes hitos».

Por su parte Dani Coll comenzó recordando su etapa de futbolista con Elías Noval: «Aprendí mucho para la vida desde los valores; esfuerzo, sacrificio, paciencia, constancia e ilusión. La recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado», resaltó Coll, que desde los 33 años corre pruebas de ultraresistencia. Y se sinceró que al ganar la CdC'13 no aprendió nada «y quedando quinto sí, sufriendo mucho y viendo que corría sin ilusión, que no tiene sentido. Lo hacía para la gente y no para mí», lamentó, exclamando que el deporte es «una potente herramienta para educar».

En plena confesión pública Coll dijo que el deporte le ha enseñado «a afrontar las adversidades y sacar provecho de los malos momentos. Ponernos objetivos es clave en la vida y el esfuerzo y superación nos hacen más fuertes porque lo que hoy es sacrificio mañana será un hábito y los malos momentos nos hacen fuertes», señaló. Finalmente, quiso alabar el papel de la familia, «por encima de podios y resultados, porque es lo que nos queda siempre. Gracias a este deporte y a Raül Riudavets y Josep Garriga he podido colaborar en varias acciones solidarias».

Y es que para Coll, «cuando uno hace lo que le gusta el sufrimiento es relativo y además lo que no se consigue sufriendo no tiene valor».

Exitosa tercera entrega

La entrega de Quintana y Coll fue la tercera de Lô Singulars, cuyos promotores son Loren Carreras y Facund Fortuny y que consiste en seleccionar a varias personas que son ejemplo de superación en su ámbito. Iniciativa insólita y de gran respuesta.