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La falta de recursos obliga al ingenio a emplearse a fondo. Y esto es lo que le está sucediendo a Paco Olmos en el Menorca Bàsquet. El técnico es consciente de lo que tiene en su equipo y sólo se preocupa de aprovechar al máximo las limitadas posibilidades que ofrece su plantilla.

A falta de concretar si llega algún fichaje o no -La situación económica del club supone un duro handicap para la llegada de una undécima ficha-, el entrenador valenciano se ha visto obligado a lo largo de esta primera vuelta a mover piezas como si de una partida de ajedrez se tratara, para intentar cubrir, en la medida posible, las carencias del equipo.

La principal es solucionar la ausencia de Diego Ciorciari. El descanso obligado o circunstancial del argentino suele venir acompañado de un bajón en el juego del Menorca para lo que Olmos ha optado, en varias ocasiones, por dar el balón a Limonad o a Huertas.

Hasta el momento la actuación de Miki Servera no ha convencido al club ni a la afición, aunque cabe recordar que el base tiene 18 años y está en su primera temporada con protagonismo en ACB, por lo que Olmos quiere ir cediéndole el control paulatinamente para no perjudicarlo.

Cuando la acumulación de faltas o el cansancio obliga a Ciorciari a pasar por el banco, Servera no está siendo la primera opción para Olmos, que en las últimas jornadas está cediendo los galones a Limonad. El jugador israelí, que el pasado domingo hizo su mejor partido con la elástica menorquina, no tiene la capacidad del pase ni la claridad de ideas de Ciorciari, pero sí que anota más que Servera.

Ante el Fuenlabrada, la técnica señalada al argentino propició una situación un tanto peculiar en el equipo. Coincidieron en pista Huertas, Limonad y Servera, en el perímetro, en busca quizá de la rapidez en la circulación de balón hacia el interior vista la limitada eficacia desde el tiro exterior.

Posteriormente también coincidieron el mallorquín, el israelí y el argentino. No funcionó, en parte, porque el equipo llegó al tramo final del partido exhausto y ante un rival en el que el nivel de acierto, sobre todo desde 6,75, fue fundamental e inusual.

La llegada de un jugador no está clara, por lo que de momento Paco Olmos puede verse obligado a seguir con las probaturas que le lleven a la mejor fórmula para suplir las carencias. La afición se decanta por incorporar cuanto antes a un segundo base con buen tiro y que dé descanso a Ciorciari.

Lo que está claro es que el perfil de este equipo, a diferencia de los que se diseñaron en el anterior paso por la ACB, muestra mucha más polivalencia, con capacidad de que varios jugadores puedan asumir diferentes posiciones.
conformes en la pintura

La actuación del juego interior hasta el momento no precisa de movimientos alternativos de Paco Olmos. Iván Radenovic va encontrando su mejor nivel poco a poco y ya es el segundo jugador más valorado del equipo con 11,1 puntos y 5,5 rebotes por partido, mientras que Jakim Donaldson, el jugador con mejores números, parece haber recuperado la buena senda tras el partido de Fuenlabrada.

Otro movimiento que se da, aunque recuerda al juego del año pasado, es el de Cuthbert Victor, que en algunos momentos ha actuado puntualmente de ala-pívot, cuando en el planteamiento inicial del curso se apostó por su juego como alero. El de las Islas Vírgenes, ante algunos rivales esta campaña, se ha visto beneficiado de la apertura de los pívots que le han abierto un hueco para su juego de espaldas.

Caio Torres, por contra, es el efectivo que menos ha aportado en los últimos partidos y ha perdido gran parte del protagonismo que le llevó a ser el miembro de la plantilla más valorado en el inicio del campeonato. El brasileño no aportó más que dos rebotes en el partido contra el Fuenlabrada y se le vio falto de confianza en algunas acciones en ataque, lo que explica el hecho de que sólo tirase una vez y desde la línea de triple.

El presidente del Menorca, Benito Reynés, ha reconocido que siempre están pendientes del mercado, aunque las posibilidades de incorporar a un jugador ahora mismo son pocas. Además, el máximo dirigente tiene total confianza en el grupo porque considera que se la han ganado a base de buenos resultados. Por ello, Paco Olmos y su cuerpo técnico se verán obligados a seguir con sus experimentos para completar la plantilla.