Menorca. Finalizada la temporada, el club confía en volver a ilusionar a los aficionados - Paco Sturla

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Hasta que lleguen las explicaciones puntuales sobre el estado económico de la entidad tras la campaña que ha supuesto el retorno a la LEB Oro la cúpula del Menorca Bàsquet parece haber consensuado un discurso encaminado a descartar un futuro incierto o la construcción de un equipo bajo mínimos para la próxima campaña. Los dirigentes tiran por el camino del optimismo que mantenga la ilusión entre la masa social y minimice los efectos del descenso de categoría.

Si el domingo fue el presidente, Benito Reynés, quien aseguró que el club continuaba adelante asegurando que "haremos un equipo competitivo para la LEB", ayer el director general, Oriol Humet, en la tertulia de la Ser, señaló que "como hace dos años se ha de hacer un proyecto con cara y ojos y estar entre los 5 o 6 equipos que siempre luchan por el ascenso". Cómo conseguirlo, dadas las conocidas dificultades económicas que limitan el margen de maniobra, y los recursos que sea capaces de generar el club son las cuestiones que, por el momento, no están definidas. "Los profesionales de la entidad esperamos que el Consejo de Administración nos diga qué piensa y qué capacidad tenemos", añadió Humet.

Reunión con los jugadores

En cualquiera de los casos, los cambios en la plantilla serán sustanciales toda vez que ninguno de sus integrantes, incluidos los miembros del cuerpo técnico, tiene contrato en vigor. "Empezamos de cero porque no hay contrato con nadie y disponemos de mucho tiempo para trabajar con toda la ilusión", señaló Reynés, quien añadió que "intentaremos renovar a algunos de los interesantes que tenemos".

Victor, Donaldson, Ciorciari y quizás Otegi, darían empaque a cualquier plantilla de LEB pero, en principio, salvo el vasco afincado en Menorca, el resto apunta a seguir su trayectoria deportiva en otro lugar.

Oriol Humet tiene previsto reunirse entre hoy y mañana con todos los jugadores para despedir la temporada aunque no para referirse a su futuro. El director general hizo ayer una breve evaluación del curso deportivo que no calificó como fracaso sino como una "decepción porque había mucho trabajo detrás y aunque sabíamos que era difícil, no lo hemos conseguido por muy poco, con muchos partidos a punto de ganarlos". Y añade que "mirando la clasificación con sólo haber ganado al Alicante en casa estaríamos salvados. Hemos acariciado la salvación pero no hemos sido capaces de lograrla".

No fijó culpabilidades porque "este es un trabajo de equipo y también juega el entorno". Y en este sentido lamentó que "con un proyecto tan limitado como éste en el que la fe, ilusión y motivación son tan importante no sé cuándo ni por qué se fueron perdiendo en la segunda vuelta, y este plus perdido podría habernos ayudado mucho".