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Lo que ve todo el mundo, lo ve el equipo y el cuerpo técnico. Lo saben. Y así lo dijo en la previa de este partido el entrenador Berrocal. Sin aspavientos, pero muy claro: "el mensaje más claro que el jugador tiene que entender es que hay que sacar el cien por cien de este equipo los cuarenta minutos. La historia de Girona es la que se ha repetido en varios partidos y la conclusión a la que llego es que el equipo cuando tiene que jugar a ganar, juega a no perder. Y no se puede jugar así".
Llega a las 18.30 horas al Pavelló Menorca un Cáceres que también está llamado a la lucha por estar arriba y ser uno de los rivales del equipo menorquín, aunque es cierto que su inicio de temporada no está siendo el esperado (13º, 2 victorias, 3 derrotas).

Como el Menorca Bàsquet, tiene una plantilla apreciable, con dos jugadores en un estado muy dulce: el pívot Leon Williams (41 puntos de valoración en su último partido y tercer máximo reboteador de la liga), el ala-pívot José Ángel Antelo (17 puntos de media por partido, pero que llega recién recuperado de un esguince de tobillo) o el base Dani Rodríguez, tercer mejor asistente de la liga. Pero no acaba de arrancar y uno de sus americanos, Carleton Scott, no está pasando por su mejor momento y su inicio de liga está decepcionando en Cáceres.

Ante todo ello, un Menorca Bàsquet que debe mirarse a sí mismo, que si bien es cierto que todavía tiene que afinar piezas, no acaba de atinar con su defensa y que llega de una nueva decepción tras perder en Girona el pasado miércoles, en una nueva derrota fuera de casa.

De nuevo se encontrará con la duda del estado físico de Taylor Coppenrath. El americano tiene el problema de su espalda y esta semana, salvo el partido de Girona, casi no se ha podido ejercitar y se ha limitado a una planificación específica. "Pensaremos primero en el jugador. El miércoles nos quiso ayudar y eso es algo positivo por su parte, pero si forzamos y le perjudicamos, no jugará".

El resto sí. Apoyados esta vez por la grada, como siempre. Pero Berrocal recuerda que "tenemos que dar un paso adelante todos. Nos estamos lamentando más que sacando ventaja de las cosas que hacemos bien. La confianza se coge ganando".

El técnico catalán espera un partido "duro para ambas partes. Estamos en la misma posición y somos dos equipos que tenemos que estar mejor de lo que estamos ahora y eso llevará a un partido cerrado, duro y difícil. Quien esté mejor mentalmente, más convencido y con más confianza saldrá adelante. Tiene que ser un partido defensivo, porque Cáceres tiene tres jugadores de mucho talento ofensivo, determinantes, que si no estás bien atrás y los paras pueden hacer mucho daño". Es un análisis que remite, de nuevo, al trabajo, a la actitud. A apretar en todos los sentidos.