Durley. El americano del León, defendido por Arteaga y Otegi, anotó 27puntos - diario de león

TW
0

Se repitió la historia La de ayer parecía una ocasión propicia para que el Menorca pusiera fin a su mal inicio de temporada fuera de casa ante un rival de 'su liga'., el León, pero al final, la decepción le acompañó de nuevo en un último cuarto terrorífico. El equipo de Berrocal continúa sin romper su 'gafe' fuera de casa y ayer cayó derrotado ante un Baloncesto León que, con sólo ocho jugadores., logró el triunfo de la voluntad y remontó un partido que los menorquinistas parecían tener encarrilado tras un magnífico primer cuarto. Pero el Menorca, incapaz de parar a Durley y Quezada, fue de más a menos y poco a poco se diluyó. Pese a todo, entró en el último cuarto con una ventaja de cuatro puntos (61-65), pero unos diez minutos finales épicos de los locales acabaron significando una nueva derrota a domicilio, la cuarta que vulgariza su clasificación considerando sus aspiraciones de ascenso.

David Navarro acabó siendo el mejor en los baleares, secundado por Urko Otegui. Pero enfrente los menorquines tenían a un Baloncesto León que en sus tres últimos encuentros en casa ya había ganado por mas de 20 puntos a Melilla y Granada, y que ayer encontró en el dominicano Manny Quezada (con 33 puntos y un 39 de valoración), a su auténtico guía junto al americano JT Durley.

El Menorca protagonizó una salida arrolladora. Con un 81% de acierto en tiros de dos puntos (9/11), un 75% desde la línea de 6,75 (3/4) y un 100% en tiros libres. Con estos números, y ante un León que no parecía tener recursos, parecía que pronto quedaría el partido visto para sentencia. A los 29 puntos menorquines del primer cuarto, el Baloncesto León había respondido con apenas 18 puntos (16 consecutivos de Durley), y recortar distancias parecía imposible. Mucho más al minuto del segundo cuarto cuando Javi de Grado sentó al único que anotaba, JT Durley, para dar entrada a Lucho Fernández primero y Javi Múgica después.

Parecía la ocasión de oro para que Menorca acabase de romper el encuentro, pero la que parecía una apuesta suicida del técnico local obtuvo una respuesta positiva con una notable mejoría en defensa de los leoneses, que cerraron una fuente rival que manaba puntos a borbotones y que se secó al alcanzar los 40 puntos. Entonces el León iba a remolque con desventajas de hasta 13 puntos, pero los locales no se fueron nunca del partido y aprovecharon el parón en el juego local para recortar distancias. Así, en los últimos cinco minutos del segundo cuarto. el equipo local redujo las diferencias hasta el 39-43 con el que se llegó al descanso. El Menorca ya no jugaba fluido.

Un halo de esperanza se abría para el equipo leonés, que tenía en el banquillo inéditos a dos baluartes renqueantes, Julio González y Franco Rocchia. Mientras, Menorca volvía a ver los fantasmas de viajes anteriores. Si en los dos primeros cuartos fue JT Durley el depositario de las esperanzas leonesas, tras la reanudación 'Quezada se echó el equipo a la espalda y con 11 puntos consecutivos dio la vuelta (58-57, minuto 27). No obstante, el Menorca recuperó la iniciativa gracias a la muñeca prodigiosa de Navarro, impecable en el juego exterior y que fue pieza clave para que los de Berrocal acabasen el cuarto 4 puntos arriba (61-65, minuto 30).

El último cuarto se presentó como una batalla de la fe contra la calidad y los centímetros. Un parcial de 11-0 (72-65) demostró que querer es poder, y ahora era el Menorca el que estaba contra las cuerdas. El festival leonés continuó y llegó hasta los 11 puntos de renta (82-71) cuando se alcanzó el ecuador del cuarto decisivo. Al León, entonces, no lo paraba nadie, y el Menorca tuvo que resignarse a su suerte. Y tiene mérito convertir al lobo en mastín. Menorca había perdido ya la fe en la victoria y poco pudo hacer ante el vendaval de juego de su rival, que acabó ganando de 15 puntos.