Quinto seguido. El equipo menorquinista lleva la mejor racha de la Liga, con diferencia, tras batir al Girona - Archivo

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Las opciones del Menorca Bàsquet en la Adecco Oro se han disparado desde que arrancara la segunda vuelta del campeonato porque el equipo de Josep Maria Berrocal navega viento en poca a toda vela al tiempo que sus rivales hallan encalmadas que limitan su curso. El cuadro menorquinista, el más en forma del campeonato tras acumular cinco triunfos consecutivos y sólo tres derrotas en los últimos quince partidos, todavía está en disposición de pelear por la primera plaza del campeonato que le concedería la de ascenso directo a la ACB por tercera vez en su historia sin la necesidad de atravesar el exigente play-off. Esta otra vía para obtener el otro puesto de ascenso se juega a tres eliminatorias al mejor de cinco partidos cada uno.

Las razones para creer en un relevo al frente de la clasificación de la Liga se hallan en la regularidad que exhibe el grupo de Bintaufa, el dulce momento por el que atraviesa, su capacidad de progresión acentuada ahora con el regreso de su único americano, Taylor Coppenrath, y la posibilidad de que el hasta ahora indiscutible líder, Iberostar Canarias sufra algún bajón durante los encuentros restantes como le suele ocurrir a todos los equipos durante la temporada. De hecho el equipo de Alejandro Martínez dio la sorpresa de la jornada el pasado domingo al caer en casa ante el Knet&Éniac, un resultado que ha dejado al Menorca a sólo dos triunfos de diferencia en la segunda plaza que comparte con el equipo revelación de la Liga, el UB La Palma.

Ese último traspiés del potente conjunto tinerfeño de Donaldson, Guillén o Yáñez ha reabierto la pelea por la pieza más codiciada de la categoría de plata del baloncesto español, y en ella el equipo que parte con una mejor ubicación es el Menorca, por detrás del propio Canarias. Los mahoneses buscarán el próximo viernes en Cáceres la sexta victoria consecutiva y la séptima seguida a domicilio, mientras que el Canarias tiene una salida comprometida en Fontajau ante el Girona, un equipo que antes de perder en Maó había logrado el triunfo en tres partidos consecutivos. Todo es posible todavía para el conjunto menorquinista si continúa con su línea ascendente.