El base del Alcázar conduce un balón ante Muñoz; Pardina y Villalonga siguen la jugada - Paco Sturla

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En medio del frío reinante en el Pavelló Sínia Costabella, Alcázar y Sant Lluís jugaron en la mañana de ayer un derbi caliente que elevó aún más su temperatura en los últimos cinco minutos cuando el debate parecia claramente sentenciado para los hombres de Robert Bovenhí en esta nueva jornada de la Primera Nacional, grupo Balear.

Faltaban 5'40 para el final tras un dos más uno de Arbalejo que situaba el marcador en un clarificador 73-57. Pero a partir de ahí el equipo de Xavi Carreras mordió los dientes y descargó un parcial de 4-16 que puso el miedo en el cuerpo al bando local (77-73 con menos de dos minutos por delante). El Alcázar templó los ánimos y logró aplacar la embestida de su oponente insular para acabar adjudicándose el partido con un81-75y recoger el tributo de sus aficionados presentes en la nueva instalación mahonesa.

Las superioridad en la pintura y el acierto desde el perímetro en el segundo cuarto, especialmente, permitieron mandar al Alcázar siempre en el marcador tras un parcial de 14-4 con el que inauguró el partido. Armando y Piedra superaban a Muñoz y Murillo, al tiempo que Vinent dirigía con acierto a los suyos.

Con 23-14 se estrenaba el segundo tramo en el que Villalonga exhibió su efectividad desde el triple (44-30). Sin embargo, la entrada de Seguí rearmó a los sanluisenses, con su triunvirato estelar, Muñoz, Pardina, Murillo, bien auxiliados por Cardona, que alcanzaron el ecuador del partido con 10 puntos por debajo pero aún con opciones de pelear la victoria.

La pelea se abriría todavía más en el tercer tramo gracias a la mayor presencia de los interiores de Sant Lluís. Bonvehí paraba el partido con 53-44 en el luminoso, aunque la desventaja todavía se reduciría más antes del inicio del último cuarto (59-54) que pressentaría un 61-54.

En ese acto definitivo Arbalejo tiró de galones y experiencia pero cuando el partido parecía liquidado con 73-57en el luminoso, los triples de Pardina y Cardona, y un dos más uno de Sergio Muñoz junto a la omnipresencia de Murillo animaron el cotarro a poco menos de dos minutos para el final (77-73).

Al final, el Alcázar salvó la situación, con algunas protestas de los azulados hacia el arbitraje, y se sitúa ahora con cuatro victorias y tres derrotas, en la zona alta de la clasificación de la Liga balear mientras que el Sant Lluís se queda con tres victorias y tres derrotas.