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Se veía venir el progresivo estado de incertidumbre que rodea ya al Menorca Bàsquet respecto a su futuro a medio plazo, el mismo que le convierte en una incógnita a partir del mes de mayo que es cuando concluye el actual campeonato Adecco Oro.

Tras un prudente silencio cuando los otros clubes punteros de Menorca y el archipiélago pusieron en marcha sus altavoces para expresar los lamentos por el cierre del grifo en forma de ayudas públicas, a la Sociedad Anónima Deportiva que preside Benito Reynés, no le queda otro remedio que recurrir al comodín de la denuncia, del agravio, de las odiosas comparaciones cuando observa que el imperio levantado hace apenas siete años se tambalea y corre peligro. La encrucijada del Menorca no admite más salida que la implicación del Govern Balear, al menos durante el próximo lustro para que la SAD pueda acometer el plan de viabilidad y cumpla con el imprescindible convenio que debe firmar con su legión de acreedores durante los próximos meses. Necesita para ello una aportación anual de la Administración que ronde el millón de euros. ¿Una cantidad excesiva?, no lo es si se la compara con el presupuesto de Deportes del Govern Balear -19 millones- y las sumas que destina a sus instalaciones y programas -8,5 millones.En 2012 clubes y deportistas menorquines van a recibir, en principio, no mucho más de 400.000 euros del Govern Balear, una suma irrisoria si se observa el montante global del presupuesto que se maneja y la presencia en Menorca de tres -ahora dos- clubes de primer nivel, el Valeriano Allés Menorca y el Menorca Bàsquet.

Benito Reynés, el consejo de administración y Oriol Humet, el director general, ya tienen claro que sin el soporte institucional necesario, el Menorca deberá disolverse a final de temporada porque no podrá hacer frente a la deuda de 7 millones de euros por muy elevada que sea la quita y el plazo que se negocie, o salir en una categoría inferior, Plata, EBA o Primera Balear si es que puede mantener su nombre.

Es la consecuencia del lastre que soporta desde hace casi tres años y que no sólo no ha sido neutralizado sino que se ha elevado sobremanera tras el desastroso año del retorno a la ACB tanto en el plano deportivo como en el económico. El copo de nieve -las deudas- ha girado sobre si mismo hasta convertirse en un alud -suspensión de pagos ahora denominado concurso de acreedores- que amenaza con llevarse por delante el que ha sido mayor orgullo popular de este territorio en el último decenio.

¿Las causas?

Coyunturales en algunos casos, y consecuencia de errores múltiples en otros después de una gestión abiertamente mejorable. Coyunturales por la depresión aguda que vive el planeta. Oriol Humet, director general renovado recientemente un año más para que coincida con el final del mandato de Benito Reynés, no ha podido encontrar un patrocinador principal tras la desvinculación del Grupo Prasa. Ni constructoras, ni bancos ni aseguradoras que suelen ser quienes más invierten en patrocinios deportivos eligen Menorca para vender sus productos por la demografía limitada de la Isla y más en esta época de vacas flacas. La marca 'Menorca Bàsquet' no vende en estos momentos de escasa inversión publicitaria como tal fuera de la Isla o no se ha sabido transmitir el peso que tiene en ella.


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