Diego Moreno (ex presidente de La Salle) saluda a Benito Reynés en una imagen de archivo. - Archivo

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Agitada por la desaparición de su equipo de baloncesto, Menorca se despertó ayer aceptando resignada el nuevo escenario.

"Es una gran pérdida", se repetía en cada una de las tertulias. La Isla ha asistido a la descomposición del club apenas unas semanas después de que el equipo de Berrocal lograra el ascenso a la liga ACB, y eso resulta difícil de encajar.

Lo es también para algunos de los padres del proyecto; los ex presidentes Diego Moreno y Paco Llull afirmaban sentirse "muy afectados" por la disolución de la SAD, de la que destacaban que logró unir a Ponent y Llevant: "En todos los pueblos eran del Menorca Bàsquet y eso jamás se había visto aquí".

Ya no hay marcha atrás. Después de 62 años de historia la entidad, que vivió bajo la etiqueta de La Salle Maó hasta que transformó su nombre, llora la pérdida de su primer equipo.

A pesar de que cómo recuerda Llull "en el patio del colegio los niños seguirán jugando a baloncesto", lo cierto es que la desaparición del Menorca ha dejado huérfano al deporte de la Isla.

Así lo entiende Diego Moreno, que a principios de los 90 accedió al cargo de presidente y que estuvo en el Consejo de Administración en una segunda etapa: "Estoy muy triste, no me lo puedo creer, aunque hacía un mes que me lo veía venir", desliza.

El ex dirigente no quiere señalar a nadie como culpable del derrumbe del club, pero sí que rasca en la conciencia de los menorquines y atiza a las instituciones: "Me ha sorprendido mucho que los 2.000 socios y los 3.000 que van al Pavelló no se hayan plantado en la sede del Consell estos días. Los menorquines pagamos nuestros impuestos como todos y tenemos derecho a tener deporte de élite. Las instituciones no han estado a la altura; estoy convencido que, si el equipo hubiera sido de Palma, las administraciones hubieran encontrado un patrocinador".

También habla de una situación "dramática" Paco Llull, a pesar de que una de las figuras más relevantes en la historia de la entidad habla de rescatar "cosas positivas. Es un momento triste, difícil; tuvimos una época muy buena en LEB y en ACB, pero debemos seguir, la vida continúa", relata el ex presidente.

Llull prefiere pensar que ahora "Menorca es una referencia en el mundo del baloncesto porque, sin ir más lejos, tiene a cinco jugadores en las selecciones de basket. Hemos vivido años maravillosos, muy bonitos y con eso hay que quedarse".

También recoge esos momentos Moreno, que se refiere a un "sueño precioso. Prefiero quedarme con lo bueno". Una memoria que abraza grandes momentos.

Para Llull "el primer año en EBA, cuando logramos salvarnos ante el CAI". Moreno recuerda con especial cariño "el ascenso de León" y aprovecha para hacerle un guiño a José Luis Sintes, que declinó participar en este reportaje: "Hablaban mucho de su locura, pero sin esa locura no hubiéramos tenido esto".