El CB Es Castell que ha disputado la recién terminada temporada. El presidente Vanrell –en la foto circular de abajo– asegura que el club cuenta con jugadores y que de verse en el dilema de escoger, podría asumir la EBA balear

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El presidente del CB Es Castell, el abogado Tomeu Vanrell, promueve un plan alternativo a la EBA Balear, la competición híbrido de dos niveles que englobará conjuntos con vitola EBA y de Primera Balear, de pronta gestación bajo los auspicios de la Federació. La propuesta del dirigente gualdo, reflexionada en función de los presentes recursos económicos y materiales del basket local, se aleja de la panorámica nacional y apuesta por asentar una competición menorquina «atractiva y adaptada a nuestra realidad actual».

El dirigente de Es Castell así lo planteará en breve –alguien de su confianza ya ha direccionado un primer 'barrido'– a diversos conjuntos de la Roqueta al concebir, a excepción de en La Salle, Alcázar y Sant Lluís, la presión del llamado efecto manada. La indefinición colectiva y el riesgo a sucumbir a una liga menorquina sin peso ni atractivo, induciría a algunos clubes, entre los que pueden alinearse Jovent, Ferreries o los dos de Ciutadella (en vías de articular un proyecto senior conjunto), a inscribirse en la liga balear. «Nuestra intención es promover que la gente apueste por la liga autonómica de Menorca, y la razón es evidente. El primer año en EBA Balear los gastos serán asumibles, pero al siguiente, cuando los costes sean de una liga EBA, la mayoría de clubes deberán renunciar y volver a Autonómica», reflexiona Vanrell, que para evitar ese paso atrás en el verano posterior cree más adecuado dar forma y sustancia a la liga menorquina «desde ahora». «Entiendo a Alcázar, La Salle, Sant Lluís... pero los otros no tenemos sus mismas ambiciones», repasa Vanrell, convencido de que el único modelo sostenible para la mayoría de las 'economías' insulares es «contar con una liga menorquina y amateur.