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CB Ferredella. Es el nombre del nuevo equipo que este año competirá en la liga infantil masculina de baloncesto. También es el nombre de un proyecto muy bonito, de aquellos que se cuecen a fuego lento y con mucha ilusión. Se trata de la unión de siete jugadores de Ciutadella y otros siete de Ferreries que no tenían equipo y que decidieron unirse a las órdenes del técnico Lluís Taltavull. "Ha sido una epxeriencia muy intensa, han pasado por tantas cosas que ya parecen una familia", asegura, después de que el equipo compitiera y ganase un torneo en Formentera.

Los 14 protagonistas han competido durante cuatro días en la pitiusa menor, de día 3 a día 7. En este intervalo de tiempo, "han vivido casi todas las situaciones posibles juntos, ya que han jugado a baloncesto, han visto jugar a otros equipos de otras edades, han podido ver partidos de la selección española en el Mundial en una gran pantalla que se instaló, han conocido chicas, han reñido entre ellos y se han reconciliado... Lo único que no han vivido ha sido la derrota", matiza Taltavull.

El híbrido de los dos clubes entrenó solamente cuatro ocasiones antes de plantarse en Formentera en el trofeo Trasmapi y ganarlo. Taltavull, auxiliado por Llorenç Ferrer, explica que "en el primer partido ganamos al Molinar 62-32, en el segundolo hicimos al Formentera por 41-46, en el tercero nos impusimos al Llucmajor por 47-63 y en la final nos vimos las caras de nuevo con el Formentera al que ganamos 56-60 después de un emocionante partido que tuvo incluso una prórroga".

La implicación de los dos clubes es tal que fueron los propios jugadores los que bautizaron el proyecto como el CB Ferredella. También se decidió lucir las equipaciones de los dos equipos alternándolos entre los cuatro partidos. "No ha habido ningún tipo de problema".

"En el aspecto de la convivencia, en cuatro días hemos avanzado como si hubiese pasado media temporada ya que se han unido mucho", explica Taltavull, que concluye: "Y no solo ellos, los padres y las madres también han cogido con fuerza el proyecto, y cuando llegamos al Aeropuerto nos recibieron con aplausos, banderas, cánticos y alguna lágrima".