El base del Real Madrid Sergio Llull (i) intenta la canasta ante la defensa del pívot croata del Fenerbahce Ülker Luka Zori | Juan Carlos Hidalgo

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El Real Madrid de Sergio Llull desactivó con un gran baloncesto al Fenerbahce turco (96-87) y disputará este domingo su tercera final consecutiva de la Euroliga ante el Olympiacos griego, verdugo del CSKA, en busca de su novena corona continental. Al equipo blanco le bastó con un segundo cuarto para enmarcar, en el que endosó a los turcos un parcial de 35-14, para dejar resuelto un choque que estuvo muy igualado en un primeros diez minutos que terminaron con ligera ventaja para el equipo de Zeljko Obradovic. El base mahonés terminó con 12 puntos y una brillante actuación.

La intensidad en ambas zonas del equipo turco, en el que brilló con ocho puntos y acciones de gran belleza el checo Jan Vesely, resultó fundamental para que el cuadro otomano cerrara la primera manga en un franco 20-21, posible también por el nerviosismo inicial del Madrid, que no influyó más allá de los primeros compases.

Pero en el segundo acto el decorado cambió de forma radical. Todo le salió a la perfección al equipo de Laso, comandado por un gran Ayón que se fue al descanso con 16 puntos. Tras la exhibición blanca, que le permitió llegar al descanso con veinte de ventaja (55-35), el tercer cuarto empezó con la misma tónica.

El Real Madrid seguía sumando de tres en tres, apretando en defensa y buscando la velocidad y las diferencias se fueron a los 26 puntos (64-27, 21'). Entonces llegó un bajón en la producción y la ventaja se redujo para cerrar el tercer periodo (76-59).

Quedaba por jugar un último cuarto con todo decidido siempre que los madridistas mantuviesen el control y evitasen las provocaciones turcas, lo que lograron (96-87). El Madrid vuelve a estar a un paso de su novena corona continental, aunque para ello deberá superar en la final al batallador Olympiacos de Spanoulis.

La otra semifinal

CSK Moscú 68 - Olympiacos 70