El 'increíble' Llull en una jugada del partido, en el que emergió como gran protagonista | J.P.GANDUL

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Real Madrid 91-74 Barcelona

Real Madrid (29+25+23+14): Ayón (12), Carroll (3), Llull (21), Taylor (2) y Thompkins (10) -equipo inicial-, Maciulis (3), Rodríguez (7), Nocioni (6), Reyes (5), Doncic (4), Hernangómez y Rudy (18).

Barcelona Lassa (21+20+17+16): Doellman (17), Abrines, Navarro (6), Satoransky (10) y Tomic (18) -equipo inicial-, Perperoglou (7), Ribas (3), Lawal (5), Vezenkov, Samuels (3) y Oleson (5)

Árbitros: Emilio Pérez, Antonio Conde y Carlos Cortés. Sin eliminados.

Incidencias: tercer partido del playoff de la final de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard center) ante 12.038 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Luis Trujillano, exjugador del Real Madrid, fallecido el pasado 5 de junio.

El Real Madrid se anotó el tercer punto de la eliminatoria (1-2) al vencer por 91-74 al Barcelona Lassa, lo que le permite dar jaque a los azulgranas y al título, tras un partido en el que Sergio Llull y Rudy Fernández encabezaron a un equipo coral que superó en todo a un rival que no tuvo capacidad de reacción.

El Real Madrid salió dispuesto a imponer su ley en casa, con Jaycee Carroll como punta de lanza desde la línea de 6,75 metros. Su primer triple fue a los treinta segundos, y al segundo intento fue toda una declaración de intenciones, secundada de inmediato por Trey Thompkins, 8-2 (min.2).

Una torcedura de tobillo de Carroll a los 2.30 minutos hizo saltar las alarmas en el Real Madrid, aunque el equipo no se descompuso y siguió apostando por una anotación alta ante un Barcelona que aceptó el reto y no cargó las tintas en defensa.

Tomas Satoranski (6 puntos) y Ante Tomic (5) fueron los encargados de mantener a los azulgranas en el marcador (12-11, min. 4.30) y los principales culpables de que su equipo se adelantara por un momento en el marcador (14-15, min. 6.20).

El Real Madrid, lejos de amilanarse, siguió apostando por la larga distancia y, gracias a su buena circulación de balón, consiguió tiros abiertos con facilidad, aprovechados por Thompkins y Sergio Rodríguez, para cerrar el primer cuarto con la máxima diferencia (29-21).

El segundo periodo se desarrolló un poco a trompicones. Primero el Real Madrid consiguió que se le vieran los fallos en defensa al Barcelona en varias ocasiones (35-25, min.13). El Barça reaccionó y se apuntó un parcial de 0-6 en apenas un minuto (35-31), pero el Real Madrid no se quedó atrás con un 9-0 en dos minutos y medio (44-31).

A estas alturas el lenguaje de gestos era claro y meridiano con respecto a lo que estaba sucediendo en la pista. Xavi Pascual no hacía más que gesticular con señas de abatimiento tras algunas canastas madridistas, mientras que Pablo Laso aplaudía a sus jugadores tras algún despiste.

En el Real Madrid todos sumaban. Andrés Nocioni se marcó dos triples fabulosos y Luka Doncic se manejó como un veterano a sus 17 años recién cumplidos. La ventaja alcanzó nuevos máximos con un 52-37 (min.19) y que al final de la primera parte se quedó en 54-41.

El Barcelona, privado del triple (2 de 10 en los primeros veinte minutos), sobrevivió a duras penas con los puntos de Justin Doellman.

El Real Madrid pareció salir más flojo en el tercer cuarto y el Barcelona, con un 0-6 de parcial (54-47, min.22.30), mostró sus intenciones de reengancharse al partido.

Pero sin aparente esfuerzo volvió a restablecer diferencias con un 62-50 (min.25), hasta que Juan Carlos Navarro descerrajó dos triples consecutivos para intentar poner un poco de zozobra en el marcador (62-56).

En ese momento apareció Rudy Fernández para capitalizar el ataque de su equipo y volver a poner la ventaja de seguridad en el luminoso, 72-56 (min. 26.30). Cada intento de estrechar el marcador por parte azulgrana fue contestado de inmediato por un Real Madrid crecido, seguro de si mismo y eficaz.

Fueron unos minutos de festival madridista en los que consiguieron un parcial demoledor de 15-0 en apenas 3 minutos, 77-56 y que hicieron crecer la fiesta en las gradas. Al final del tercer cuarto, 77-58.

Con el partido, el marcador y el rebote controlado, el Madrid gestionó el último cuarto con un importante colchón de puntos, lo que le hizo bajar un poco la concentración y que el Barcelona recortara, 79-65 (min.34).

La vuelta de Rudy, Gustavo Ayón y Felipe Reyes a pista, cerró cualquier opción de victoria para los azulgranas, que arreglaron el marcador pero no tanto las sensaciones. El Madrid acabó ganando por 91-74, con festival Llull incluido, y pone un 1-2 en la eliminatoria, lanzando un jaque al Barcelona y al título que se dilucidará el próximo miércoles.