Jofresa, en el campus 100% Bàsquet del Ferreries. | Josep Bagur Gomila

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En su primer año al frente de la dirección del campus 100% Bàsquet del CB Ferreries, el exjugador internacional Tomàs Jofresa procura aplicar a los casi setenta asistentes a la cita la metodología que en su etapa de formación emplearon con él y sus compañeros los monitores y entrenadores en el Joventut de Badalona.

El resultado, el suyo, como el de centenares de jugadores surgidos de la prolífica cantera verdinegra, fue el de un practicante del deporte de la canasta completo, disciplinado y con unas costumbres y rutinas adaptables a la vida diaria.

«El modelo de la Penya se pueda aplicar en la Isla», afirma el menor de la saga en su segunda generación. «En Badalona han surgido siempre buenos jugadores, pero porque primero se han formado también buenos entrenadores y los mejores formadores se han puesto a disposición de las categorías de base», incide.

La emersión del proyecto Bàsquet Menorca, a través de la iniciativa surgida en Sant Lluís para preservar la plaza en Liga EBA, invita a se guir los derroteros verdinegros.

«Menorca tiene una cultura del baloncesto suficientemente contrastada para realizar un buen trabajo desde la base. Incitar al jugador joven para que también se forme como entrenador, contagiar esta pasión por todas las vías posibles», reflexiona Tomàs.

Una labor que culminará en una plataforma unificada, un equipo sénior que ofrecerá el plus de nivel competitivo mínimo para los mejores jugadores al término de su etapa formativa. «Es básico disponer de un espejo en el que los practicantes puedan mirarse, copiar, ser ejemplo. Es uno de los ingredientes interesantes del proyecto, quererlo focalizar a través de la cuestión formativa», incide el exbase.

El éxito del Bàsquet Menorca, entendido como aglutinador de voluntades comunes, está asegurado a partir «de una masa social que desea volver a ver buen baloncesto, tras una etapa de un vacío muy grande. Con excepción del EBA de Sant Lluís. Es un proyecto estimulante, gestado con mucha energía y pasión».

«La Isla apoyará la iniciativa y volveremos a disfrutar de buenas tarde baloncesto», insiste Jofresa, que apela a la «unión» para llevar adelante una ilusión «difícil, que exigirá incrementar la competitividad, sacrificios, un trabajo abnegado y sobretodo humildad».

Tomàs Jofresa considera vital sembrar «esta semilla» e «impregnarla con gente de aquí. Así se consigue fidelizar al aficionado y que se identifique con el proyecto. La masa social es más benevolente con la gente de casa. La exigencia existirá, pero de forma más sana. Y el jugador competirá igual, pero más tranquilo y protegido».