Sergi Llufriu, de los mejores en Barberà, busca un pase en la derrota del equipo en Girona, ocurrida quince días atrás. | Archivo

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Tres desplazamientos, tres derrotas, la última, el domingo anterior ?y que por extensión valió al Barberà de Iván Llull para inaugurar su casillero de victorias (76-72). Es el balance que arroja el Bàsquet Menorca en sus compromisos a domicilio para un récord global de 2/4 luego de seis jornadas en el grupo C-A de Liga EBA.

El equipo de Oriol Pagès, que sí ha sido capaz de regularizar su dinámica en condición de local (dos triunfos en sus últimas dos intervenciones en el Pavelló), está adoleciendo, por contra, de suficiente capacidad para resolver sus citas lejos de la Isla, un aspecto que debe revertir con prontitud para evitar una mayor fractura en relación a las plazas que otorgan derecho a disputar la fase de ascenso a LEB Plata, objetivo que da sentido al proyecto y que localiza ahora, recorrido el primer segmento de competición, a dos partidos de distancia. Bajas, mentalidad, concentración... las causas que condimentan la ineficacia del Bàsquet Menorca como visitante, son varias.

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