Pau Bagur Pons, con la elástica de La Salle | Gemma Andreu

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Pau Bagur Pons (Maó, 2005) es uno de los nuevos ‘top prospect’ del baloncesto menorquín, un talento que alza 1.98 de estatura, que se desenvuelve en posiciones exteriores con una soltura impropia en función de su tamaño, y que fabricó 32 puntos con nueve triples (al 64% de acierto) en la final por el título balear junior conquistado recientemente por su equipo, La Salle Maó, una actuación superlativa que además de elevarle como mejor anotador de la cita y contribuir a que el club colegial incursione en el Campeonato de España de la categoría, que arranca este domingo en Huelva, resulta una tarjeta de presentación por parte de nuestro joven protagonista de lo más impactante ante las mejores canteras del país (algunas de las cuales, ya ciertamente pendientes de su presente y posible evolución de futuro).

Canterano lasallista desde hace más de un decenio (empezó en premini en 2012, con solo siete años de edad), hijo y sobrino de exjugadores del ámbito local (su padre, el periodista Dani Bagur, jugó para La Salle y Es Castell; un tío materno suyo, Miquel, integró la plantilla cadete de La Salle Mahón que en 1988 se hizo con el título balear, último cetro autonómico en categorías de formación cosechado por el club colegial hasta el éxito de hace un par de semanas en el nivel sub 18; y otros dos tíos suyos, Rubén y Norberto, fueron un par de muy buenos bases en su etapa de formación, en los 80-90), la radiografía como jugador de Pau Bagur, además de superar a la totalidad de sus antecedentes familiares, desvela un perfil con gran capacidad para el juego en velocidad, lo que le convierte en especialmente efectivo en acciones de transición y a campo abierto; con un bote notable, comprometido y sólido defensor, y con un gran tiro de media y larga distancia (por lo que se trata de un elemento igualmente peligroso en situaciones de 5x5). Y aunque su pronta edad, como no podría ser de otro modo, augura un ingente margen de mejora, su elenco de cualidades, físicas y técnicas, le sitúa en una dimensión que sugiere un futuro lejos de la Isla.

«Su idea es salir, probar fuera», deslizan desde su entorno familiar, sin pensar más allá de la mera experiencia que eso puede suponer. Lo que el futuro depare, será. No en vano, la consecución del título balear con el club de su vida al tercer intento (el equipo de la generación de oro lasallista que Pau integra había sido subcampeón autonómico dos veces antes de su flamante conquista) colma su trayecto insular y subyace como preludio de su ciclo en el exterior.

Admirador de Kevin Durant, del ‘blazer’ Damian Lillard y del ‘cav’ Donovan Mitchell, y seguidor de Celtics y Cavaliers (también del Barça, por claro influjo familiar), lo que delata una evidente querencia por la NBA, si bien también se confiesa asiduo aficionado del Hestia Menorca, Pau Bagur gustaría de recalar en un enclave «donde se trate bien a los jóvenes, y se apueste por ellos», precisan desde su círculo más cercano.

Enamorado y apasionado del baloncesto, con «la cabeza en su sitio» y un horizonte repleto de posibilidades ante sí, quien sabe cuál será el límite de Pau Bagur Pons, una nueva gran promesa del baloncesto menorquín.